Discurso
Cambio Climático VI edición
Rueda de prensa
‘El cambio climático ya no es un problema ambiental futuro, sino una fuerza presente y real que afecta a la seguridad alimentaria, a los ecosistemas, a la economía global’.
Christopher Field (California, Estados Unidos; 1953) se doctoró en Biología en la Universidad de Stanford en 1981, institución en la que ha desarrollado toda su carrera. En 2002 fundó el Departamento de Ecología Global de la Carnegie Institution for Science, que dirige en la actualidad. En 2005 fue nombrado catedrático del Departamento de Biología de la Universidad de Stanford, y posteriormente catedrático del Departamento de Ciencia del Sistema de la Tierra en esa prestigiosa universidad. Dirige, también, el Jasper Ridge Biological Preserve.
Desde septiembre de 2016 dirige el Stanford Woods Institute for the Environment. Ha trabajado en numerosos comités nacionales e internacionales relacionados con la ecología global. En particular, fue autor coordinador principal en el Cuarto Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007. En la actualidad es copresidente del Grupo II -que evalúa los impactos del cambio climático- del IPCC.
Consultor habitual de gobiernos e instituciones, ha influido notablemente en el debate político, como se refleja en su libro ‘Climate Change for Policymakers and Business Leaders’, y en informes como el que codirigió en 2012 bajo el título ‘Managing the Risks of Extreme Events and Disasters to Advance Climate Change Adaptation‘. La revista ‘Nature’ lo seleccionó como uno de los ‘Five to Watch in 2014’.
En una conversación sobre cambio climático Chris Field, galardonado en esta sexta edición con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, expresa una preocupación y un deseo. Le preocupa, admite, el que muchas evidencias apuntan a que el problema se agravará en el futuro. Y su anhelo es que en este asunto los políticos escuchen a los científicos: «Querría que los gobiernos prestaran atención a la ciencia y la emplearan para tomar decisiones inteligentes». La suya es, pues, una doble tarea: pronosticar cómo evolucionará el clima y lograr que el mensaje de los científicos llegue alto y claro a quienes deben tomar decisiones.
Como investigador, el trabajo de Field ha sido clave para entender el papel de los ecosistemas en el ciclo global del carbono. Además, en el momento de recibir el galardón Field copresidía el grupo de trabajo II del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), quien acababa de emitir su último informe sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad. El objetivo de los documentos del IPCC es precisamente servir de base a las políticas públicas. El jurado ha reconocido en el acta ambas facetas de la actividad del galardonado, la de director del Departamento de Ecología Global de la Carnegie Institution for Science y de catedrático de la Universidad de Stanford (Estados Unidos): su «visionaria investigación (…) ha demostrado que las proyecciones sobre el clima del futuro requieren la consideración de los ecosistemas terrestres», unos resultados que guían «la toma de decisiones por parte de líderes políticos y empresariales a fin de reducir los efectos adversos del cambio climático».
«Querría que los gobiernos prestaran atención a la ciencia y la emplearan para tomar decisiones inteligentes».
TUITEAR
Hoy en día, por tanto, la labor de Field gira por completo en torno al cambio climático y, convertido por su cargo en una especie de portavoz científico del clima, no se cansa de insistir en la importancia del asunto: «Tengo mucha paciencia si se trata de que todo el mundo tome conciencia de eso», afirma. En los inicios de su carrera, sin embargo, la posibilidad de una influencia humana en el clima apenas empezaba a considerarse, y no fue desde luego la preocupación por el cambio climático, sino una simple pero poderosa pasión por la naturaleza lo que impulsó a Field a estudiar Biología. Se licencia en la Universidad de Harvard en 1975, justo el año en que Wallace S. Broecker —primer galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático— acuña la expresión calentamiento global en un artículo en Science.
¿Cómo se llega de la biología al cambio climático? Field empieza a investigar con un objetivo que mantendrá toda su carrera: entender «cómo se construyen las grandes partes del sistema Tierra a partir de piezas pequeñas», dice. «Siempre he estado interesado en las reglas fisiológicas, ecológicas y evolutivas que hacen posible escalar y entender, por ejemplo, el crecimiento de las plantas a escala de todo el planeta». Así, su tesis doctoral, leída en la Universidad de Stanford en 1981, analiza cómo medir la fotosíntesis a gran escala. Field descubre que es posible cuantificar la actividad fotosintética de toda una cubierta vegetal, de todo un bosque, sabiendo lo que ocurre en las hojas. De unas hojas, a todo el bosque.
Es el primer salto de escala de Field, y también el que le conecta con el ciclo del carbono. A través de la fotosíntesis las plantas absorben carbono de la atmósfera, así que para entender cómo se mueve el carbono en el planeta hay que entender la fotosíntesis a escala global. Más tarde Field, junto con Harold Mooney —premio Fundación BBVA a la Investigación en Ecología y Biología de la Conservación 2007—, seguirá profundizando en qué influye en la eficacia de la fotosínteis y descubrirá, por ejemplo, que cuanto más nitrógeno tienen las hojas, mayor es su capacidad para fotosintetizar.
A la investigación en cambio climático Field llega de la mano de sus propios resultados: «A medida que aumento la escala llego rápidamente a la conclusión de que la Tierra está cambiando, experimentando grandes cambios en el clima, en los usos del territorio, en la composición de la atmósfera… Las consecuencias sobre las plantas y anima-les son cada vez mayores». Sus conclusiones encajan bien con lo que está ocurriendo mientras tanto en la comunidad internacional: «Los años setenta y ochenta fueron muy emocionantes en las ciencias de la Tierra. Por primera vez se puso el foco en los problemas medioambientales.
Organizaciones como el propio IPCC (creado en 1988) lograron involucrar a personas inspiradoras con un espíritu muy optimista en asuntos importantes. Yo tuve la gran suerte de conocer a pensadores como Bert Bolin, Hal Mooney y Francis Bretherton que me contagiaron la sensación de estar participando en algo realmente importante». En los noventa el cambio climático ya ha entrado de lleno en la agenda científica global. Field lleva a cabo en la reserva de Jasper Ridge sus primeros experimentos relacionados directamente con el clima, encaminados a esclarecer la respuesta de las plantas al aumento del dióxido de carbono atmosférico. «Era una cuestión crítica», dice. «No sabíamos si el incremento del CO2 funcionaría como un fertilizante favoreciendo el crecimiento de las plantas. Resultó no ser así».
Otros trabajos de Field por entonces aportan las pistas para medir la fotosíntesis desde el espacio a partir de datos de satélite, lo que supone ampliar aún más la escala. Son medidas muy valiosas para los modelos de clima, y precisamente fue el modelo desarrollado por Field y su grupo CASA (Carnegie-Ames-Stanford-Approach) el primero en integrar medidas de fotosíntesis en el océano y en ecosistemas terrestres, en 1998. No obstante, y pese a los avances, hoy en día aún no se sabe lo bastante sobre el ciclo del carbono, y eso hace que sea mucho más difícil entrever el futuro: ¿Cómo se comportarán los ecosistemas terrestres y marinos cuando estén inmersos en una atmósfera sobrecargada de carbono?
«Hoy solo la mitad del carbono que emitimos los humanos se queda en la atmósfera; el resto se fija en el océano y en la tierra. ¿Qué pasará en el futuro? ¿Y si los ecosistemas pasaran a ser fuentes en vez de sumideros? De lo que ocurra depende en gran medida el clima del futuro. Muchas evidencias apuntan a que [los ecosistemas dejarán de fijar tanto carbono y] tendremos menos tiempo para hacer frente al problema. Siento auténtica preocupación». En la presentación del informe del IPCC Field afirmaba: «Ya no estamos hablando de un fenómeno hipotético; lo que estamos viendo es un mundo alterado por el cambio climático. En todas partes hay impactos con consecuencias». Sin embargo, hay «espacio para soluciones», dijo; las medidas para mitigar los impactos del cambio climático «pueden ser una oportunidad para construir una sociedad mejor, más segura, más vibrante».