BIOGRAFÍA
Helmut Schwarz (Nickenich, Renania-Palatinado, Alemania, 1943) se licenció en Química en 1971 tras haber trabajado como técnico en la industria, y se doctoró un año más tarde en la Universidad Técnica de Berlín (Alemania), donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. En 1978 obtuvo la cátedra de Química en esa misma institución. Es miembro de la Academia Alemana de las Ciencias Leopoldina, de la cual fue presidente de 2010 a 2015; la Academia Europaea, y la Academia de Ciencias de Gotinga, entre otras. Fue uno de los fundadores de la Academia de las Ciencias de Berlín-Brandeburgo, donde ocupó el cargo de vicepresidente de 1998 a 2003. Es doctor honoris causa por varias universidades, entre las que se encuentran el Instituto Tecnológico de Israel, la Universidad de Innsbruck (Austria) y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza). Ha publicado más 1.000 artículos y participado en más de 1.000 congresos. Es también miembro del consejo editorial de varias revistas científicas. De 2001 a 2007 fue vicepresidente de la Fundación Alemana de Investigación (DFG).
CONTRIBUCIÓN
A través de experimentos y herramientas computacionales, Helmut Schwarz ha dilucidado el funcionamiento de algunas reacciones químicas átomo a átomo, con un nivel de detalle nunca visto. Ha realizado experimentos en fase gaseosa, aislando los átomos a nivel individual y controlando el entorno de la reacción para asegurarse de que el resultado se debía exclusivamente a un átomo concreto en lugar de a una combinación de múltiples factores. Lograron esto gracias al espectrómetro de masas, inventado hace más de un siglo pero nunca antes empleado para este fin.
A pesar de su enfoque puramente básico, los descubrimientos de Schwarz han transformado procesos industriales importantes como el de la fábrica alemana Degussa, que se dedica al refinamiento de metales preciosos y produce un compuesto de hidrógeno, carbono y nitrógeno usado en un gran número de aplicaciones. La propia fábrica desarrolló la manera de producir el compuesto combinando el metano con el amoníaco gracias a un catalizador. Pero se generaba carbón como producto secundario, que ensuciaba el catalizador y lo acababa desactivando. Schwarz logró revelar detalles clave sobre cómo funcionaba aquella reacción y, gracias a ellos, propuso una modificación en el catalizador que evitaba la formación de hollín.