El IRRI es un centro de investigación y formación agraria sin ánimo de lucro establecido en Los Baños, Filipinas, que tiene por objetivo mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que dependen del arroz como fuente principal de subsistencia. Creado en 1960 con el apoyo de la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford y el Gobierno de Filipinas, el IRRI colabora con múltiples instituciones internacionales del ámbito agrario y alimentario, así como con otras organizaciones sin ánimo de lucro, como la Fundación Bill y Melinda Gates.
Se trata del centro de investigación y formación agrícola sin ánimo de lucro más importante e Asia. La mayor parte de su investigación se lleva a cabo en colaboración con las instituciones locales de desarrollo y de investigación agrónoma, así como otras organizaciones productoras de arroz a nivel mundial.
En 1970, recibió el Premio Internacional de la UNESCO en la categoría de ciencias.
Discurso
Cooperación al Desarrollo, III edición
A mediados de siglo habremos pasado de ser 6,8 mil millones de individuos en el planeta a 9,1 mil millones. ¿Habrá comida suficiente para todos? Los análisis de la División de Población de Naciones Unidas, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), sugieren que sí. Pero no será fácil. Con sistemas agrarios y cultivos como los actuales, lograrlo exigiría aumentar sustancialmente el terreno cultivable –sobre todo en Asia y Latinoamérica–, usar aún más fertilizantes y pesticidas, y emplear más agua, un recurso ya hoy escaso en grandes áreas del planeta. Una estrategia considerada poco sostenible.
Además hay que incluir en la ecuación las consecuencias del cambio climático, entre las que se incluyen probables cambios en los patrones de lluvia, sequías prolongadas e inundaciones. La solución pasa más bien por producir más con menos: cultivos que requieran menos agua y agroquímicos, y que produzcan mucho más en la misma extensión de terreno. ¿Es eso posible?
La buena noticia es que la humanidad ya ha superado antes un estrecho cuello de botella en cuanto a disponibilidad de alimentos. Entre principios de los años sesenta y la primera década del siglo XXI la población mundial se duplicó, y la producción agraria mantuvo el paso. Según la FAO, entre 1970 y 2005 el porcentaje de personas desnutridas en los países en desarrollo pasó de más del 30% al 15%. El International Rice Research Institute (IRRI), la organización que ha obtenido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2010 en la categoría de Cooperación al Desarrollo, tuvo un papel esencial en ese logro. Muchos esperan ahora que vuelva a tenerlo en los desafíos de las próximas décadas.
El IRRI es un centro de investigación y formación agraria sin ánimo de lucro establecido en Los Baños, Filipinas. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que dependen del arroz como fuente principal de subsistencia, y que suponen más de la mitad de la población mundial. En la actualidad la media de consumo de arroz por habitante y año en Asia es de 108 kilos, mientras que en África subsahariana es de 33 kilos. Según la FAO en todo el mundo se dedican 151 millones de hectáreas al cultivo de arroz, de las que 132 millones están en Asia y 8 millones en África.
Creado en 1960 con el apoyo de la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford y el Gobierno de Filipinas, el IRRI nació para hacer frente al riesgo de crisis alimentaria que podía haberse derivado del gran crecimiento de la población asiática en la década de los cincuenta.
El proyecto resultó un éxito. El IRRI ha contribuido de modo fundamental al aumento de la producción de arroz, sobre todo en Asia. Estimulando la investigación científica en esta área, y trasladando los avances del laboratorio al campo, los investigadores de este organismo han desarrollado nuevas variedades de arroz más productivo, más resistente a las enfermedades y con menos necesidad de agua.
Hoy en día el IRRI sigue trabajando para aumentar la productividad agraria, a la vez que busca también reducir el uso de pesticidas y el impacto medioambiental asociados al cultivo de arroz en épocas anteriores.
El IRRI también ha establecido el mayor banco de variedades de arroz, el International Rice Genebank, que contiene más de cien mil variedades cultivadas y salvajes de esta planta y actúa, por tanto, como un seguro contra la pérdida de biodiversidad. Este banco permite investigar con métodos tradicionales y biotecnológicos nuevas variedades de arroz con las que hacer frente, por ejemplo, a las amenazas derivadas del cambio climático.
Otra característica del IRRI es que incorpora y promueve la formación de agricultores y expertos en investigación agraria en países en vías de desarrollo. Es un aspecto considerado crucial, dado que una de las principales vías de mejora a la hora de aumentar la productividad es extender las tecnologías y métodos modernos de la agricultura a los países en desarrollo.
Además, el IRRI ha transferido «los resultados de la investigación, trabajando con equipos y organizaciones locales de países asiáticos y subsaharianos y poniendo sus variedades a libre disposición de los agricultores», señala el jurado. «De esta forma, el IRRI ha conseguido la difusión y adopción efectiva de sus innovaciones, con el consiguiente incremento de la producción de este alimento básico.»
Actualmente el IRRI colabora con múltiples instituciones internacionales del ámbito agrario y alimentario, así como con otras organizaciones sin ánimo de lucro, como la Fundación Bill y Melinda Gates. En los últimos años sus actuaciones científicas y de formación han empezado a extenderse también a regiones de África y Latinoamérica.