Ivan Sutherland (Hastings, Nebraska, Estados Unidos, 1938) se licenció en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Carnegie Mellon, y en esa misma disciplina obtuvo el máster en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y el doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Su carrera investigadora y académica arrancó en la Universidad de Maryland y siguió en las de Harvard, Utah, el Instituto Tecnológico de California (donde fundó el Departamento de Ciencia de la Computación), la Universidad Carnegie Mellon, el Imperial College de Londres, la Universidad de California en Berkeley y la Universidad Estatal de Portland, en la que hoy es visiting scientist.
Ha fundado varias compañías, como Evans & Sutherland Computer Corporation, Picture Design Group y Sutherland, Sproull & Associates. Esta última fue adquirida por Sun Microsystems para formar Sun Microsystems Laboratory, en la que Sutherland permaneció varios años como vicepresidente y Sun Fellow (el puesto técnico más alto).
La intensa actividad investigadora que ha desplegado tanto en la universidad como en la empresa se ha traducido en un nutrido número de patentes. La primera la obtuvo en 1956, con 21 años; desde entonces le han seguido 74 más.
Además de su cargo en la Universidad Estatal de Portland, Sutherland es consultor del Gobierno estadounidense y de empresas como Oracle Laboratory y ForrestHunt.
Discurso
Tecnologías de la Información y Comunicación, XI edición
Hace casi seis décadas, cuando los computadores ocupaban habitaciones enteras, Sutherland no solo creó el primer sistema capaz de interactuar mediante gráficos con estas máquinas (conocido hoy como Interfaz Persona Ordenador, IPO), sino que desarrolló el primer casco de realidad virtual, al que bautizó La Espada de Damocles.
A lo largo de sus más de sesenta años de carrera, Sutherland “ha aunado su profundo conocimiento de la tecnología con la comprensión del comportamiento humano, para lograr transformar la interacción de las personas con los ordenadores”, prosigue el acta. “Hoy en día, cualquier usuario de un ordenador o de un smartphone se beneficia de su visión y de sus contribuciones”.
Ya su tesis doctoral, presentada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 1963 y supervisada por el padre de la teoría de la información Claude Shannon, supuso un hito: el programa Sketchpad, que demostró que la computación gráfica permite interactuar de forma intuitiva con los ordenadores, y que en general se considera precursor de las actuales interfaces gráficas, desde el sistema de ventanas iniciado por Apple hasta los iconos de las apps. Por todo ello, el jurado lo califica como “el padre de los gráficos por ordenador”.
En una época en que aún se empleaban tarjetas perforadas, con Sketchpad se materializaban “unas ideas revolucionarias”, señala el acta del jurado. El programa “sentó las bases de una potente e intuitiva interacción humano-máquina a través de dibujos y manipulando iconos y formas, en vez de introduciendo comandos con un teclado. Sketchpad empleaba un lápiz óptico para dibujar directamente sobre una pantalla, y permitía ampliar o reducir la imagen y transformar objetos”.
Contactado ayer tras el fallo, Sutherland agradeció a Wesley Clark, creador del “mayor ordenador del mundo entonces, el TX-2”, que le permitiera usarlo “durante horas y horas” para desarrollar Sketchpad. “Poder dibujar en una pantalla de ordenador fue algo totalmente insólito e inesperado; abrió los ojos a mucha gente sobre la posibilidad de utilizar gráficos por ordenador”, comentó el galardonado.
Sobre si previó las aplicaciones inspiradas en su trabajo Sutherland reconoció que “no tenía ni idea de a qué nos llevaría. Lo hice porque para mí era interesante. Se me dio acceso a un ordenador, quería dibujar con él y lo hice, porque me gusta dibujar limpiamente y el ordenador me lo permitía. Hice lo que hice porque cada paso era interesante y técnicamente posible, y claramente nos daba acceso a la información de una forma nueva, que obviamente era útil. Lo que no estaba claro es exactamente cómo iba a ser útil”.
Primer casco de realidad virtual
Además, siendo profesor de la Universidad de Harvard, Sutherland construyó el primer casco de realidad virtual “para describir el potencial de dispositivos que seguían la mirada de su usuario”, explica el acta. El aparato, creado junto con sus estudiantes en 1968, fue llamado La Espada de Damocles por su gran peso, y según el acta es el antecesor de “los sistemas actuales de realidad virtual, como HoloLens, Rift y Vive”.
En la publicación original en que describe el dispositivo, Sutherland explica que su objetivo era “rodear al usuario con información tridimensional”, una imagen que “debe cambiar exactamente de la misma manera en que lo haría un objeto real” cuando la persona mueve la cabeza. El objeto mostrado “parece estar suspendido en el espacio alrededor del usuario”, señala Sutherland, que también reconoce que “la mayor sorpresa” fue la buena acogida de los usuarios y el “gran realismo” de las imágenes. Concluye la publicación admitiendo que al inicio del proyecto “no tenía idea del trabajo que llevaría”.
Como con Sketchpad, Sutherland no imaginaba entonces el nuevo mundo que se abriría con la realidad virtual. Tampoco ahora se atreve a hace predicción alguna sobre aplicaciones: “Si quieres conocer el futuro tienes que preguntar a las personas que lo hacen y no a quienes lo iniciaron. No tengo ni idea por dónde va el futuro”.
Más de 60 patentes
Sutherland ha tenido un profundo impacto tanto en el ámbito académico como en la industria. Tiene más de 60 patentes, y algunos de sus discípulos son emprendedores que han iniciado algunas de las compañías más prósperas del sector.
En 1968 se trasladó a la Universidad de Utah, donde fundó Evans & Sutherland, una compañía pionera en el desarrollo de programas gráficos para 3D, y tuvo “estudiantes muy brillantes”, dijo ayer el ingeniero galardonado. “Su excelencia les permitió fundar compañías emprendedoras que hicieron cosas maravillosas. Por ejemplo, Edwin Catmull lanzó Pixar, que produce películas muy entretenidas. Y John Warnock fue uno de los fundadores de Adobe. Estoy encantado de haberles conocido y haber realizado una pequeña contribución a su educación”.
En los años setenta se trasladó a Instituto Tecnológico de California, donde colaboró estrechamente con Carver Mead, ganador del Premio Fronteras del Conocimiento en su cuarta edición. Sutherland ha sido nominado al premio por Leonard Kleinrock, a su vez galardonado en la séptima edición del premio.
El premiado se permite solo una certeza sobre el futuro, y es que depende enteramente de la curiosidad de los jóvenes: “Las personas jóvenes son maravillosas; no saben lo que no se puede hacer, así que van y lo hacen”.