El Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel (J-PAL) fue fundado en 2003 por Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Sendhil Mullainathan, economistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), para promover la aplicación en la ayuda al desarrollo de los métodos llamados ‘de ensayo aleatorio’, parecidos a los empleados en los ensayos de nuevos medicamentos y vacunas. El objetivo es reducir la pobreza asegurándose de que las políticas que se aplican contra ella se basan en la evidencia científica, a través de iniciativas de investigación, divulgación y formación.
El J-PAL analiza los programas de ayuda para comprobar hasta qué punto los fondos invertidos se utilizan adecuadamente y dan los resultados esperados, una labor similar a la de una auditoría en el ámbito empresarial. Los expertos en economía de la cooperación consideran que las herramientas científicas de este laboratorio están marcando un antes y un después en la evaluación de los programas de ayuda.
En la actualidad, el Laboratorio está dirigido por Abhijit Banerjee, Esther Duflo, Rachel Glennerster y Benjamin Olken. Tiene una red de 145 afiliados procedentes de 49 universidades que llevan a cabo labores de investigación, divulgación y formación, y cuenta con seis oficinas regionales: Asia del Sur, Europa, Latinoamérica y Caribe, África, Asia del Sudeste y Norteamérica. En 2014, recibió el Premio Albert O. Hirschman del Centro de Investigación de Ciencias Sociales de Estados Unidos.
Tras recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento (2008), Abhijit Banerjee y Esther Duflo obtuvieron el Premio Nobel de Economía (2019).
Discurso
Cooperación al Desarrollo, I Edición
Pocos de los retos a que se enfrenta hoy la Humanidad son tan importantes como el de mitigar la pobreza. Pero ¿es este un desafío que pertenece al ámbito de la ciencia? Los integrantes del Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel (J-PAL), del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), han logrado aplicar el método científico a los programas de ayuda al desarrollo. Y los resultados han sido –están siendo– sorprendentes.
Hasta las investigaciones llevadas a cabo desde este organismo, fundado por un grupo de brillantes economistas, nadie había evaluado el impacto que puede tener en una comunidad una medida tan modesta como combatir los parásitos intestinales de los niños, o la importancia de que las mosquiteras antimalaria se distribuyan gratis. Los expertos en Economía de la Cooperación consideran que las herramientas científicas desarrolladas por el J-PAL están marcando un antes y un después en la evaluación de los programas de ayuda.
Su objetivo fundamental es reducir la pobreza asegurándose de que las políticas que se aplican se basan en la evidencia científica.
TUITEAR
“El J-PAL ha sido creado para evaluar de forma precisa el impacto real de las políticas sobre el terreno. La ayuda debe demostrar que es eficaz”, ha declarado Esther Duflo, una de las fundadoras del J-PAL. Para ella y sus colegas la evaluación de los programas es uno de los principales retos en la cooperación, y resulta esencial a la hora de discriminar entre medidas realmente eficaces y solo cosméticas. J-PAL es un centro del Departamento de Economía del MIT creado en 2003 por Duflo y otros dos jóvenes economistas de prestigio mundial: Abhijit Banerjee y Sendhil Mullainathan –actualmente en Harvard–.
Cuenta actualmente con treinta investigadores colaboradores en todo el mundo, y oficinas regionales en la Escuela de Economía de París y el Instituto para la Gestión Financiera y la Investigación en Chennai, India. Su objetivo fundamental es reducir la pobreza asegurándose de que las políticas que se aplican se basan en la evidencia científica. La principal aportación de los investigadores del J-PAL consiste en aplicar el concepto de ensayo aleatorio, habitual en los ensayos médicos de fármacos y vacunas, a los programas de ayuda al desarrollo. De esta manera logran cuantificar el efecto tanto de las medidas prácticas y sencillas como de otras cuestiones que hasta ahora resultaban prácticamente inasibles para investigadores sociales y economistas, como la corrupción o el hecho de que haya mujeres líderes en una comunidad.
¿Cómo evaluar las consecuencias de que los puestos de decisión los ocupen mujeres?
Antes del trabajo de los investigadores del J-PAL, el acceso de la mujer a los puestos de poder se consideraba un fenómeno demasiado complejo de estudiar y cuantificar científicamente. Pero Duflo y sus colaboradores aprovecharon que el Gobierno indio había reservado puestos dirigentes para mujeres en comunidades escogidas de forma aleatoria, y aplicaron métodos cualitativos y cuantitativos para estudiar si en estas comunidades se modificaban los prejuicios asociados al género. Descubrieron así que el reservar puestos para mujeres líderes aumentaba de forma importante la participación femenina en la toma de decisiones, y hacía crecer la inversión de la comunidad en cuestiones importantes para las mujeres. Además, en los lugares con dirigentes mujeres desaparecían los prejuicios contra la presencia femenina en la política.
Los ensayos aleatorios también han sido usados para estudiar cómo una medida aplicada sobre un pequeño grupo puede tener efectos importantes en toda la comunidad. Es el caso de los programas para eliminar parásitos intestinales, que afectan a cuatrocientos millones de niños en todo el mundo. Un grupo de investigadores del J-PAL comparó el absentismo escolar de chicas adolescentes, que no fueron tratadas contra los parásitos por temor a que estuvieran embarazadas, en escuelas donde otros alumnos recibían tratamiento y en escuelas en las que nadie era tratado. Descubrieron que incluso sin recibir ellas mismas tratamiento, las chicas acudían mucho más a clase en los colegios donde otros compañeros sí eran tratados. El motivo es simple: los fármacos rompen el ciclo de transmisión de la enfermedad y simplemente la carga ambiental de parásitos intestinales disminuye. Incluso colegios no tratados que se hallaban próximos a los tratados mejoraron.
Este trabajo, premiado con el prestigioso galardón Kenneth Arrow a la Mejor Investigación en Economía de la Salud, ha estimulado la iniciativa ”Deworm the World” –Librando al mundo de los parásitos intestinales–, presentada por el grupo Jóvenes Líderes Mundiales en el Foro Económico Mundial. Actualmente varias instituciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, promueven los programas de desparasitación en las escuelas.
“En los países en desarrollo las escuelas son muy pobres”, ha explicado Duflo. “Tienen pocos libros, poco material. Uno pensaría que la mejor manera de ayudar es dándoles cosas. En realidad nos hemos dado cuenta de que en muchos países africanos la manera más eficaz de reducir el absentismo escolar es con fármacos contra los parásitos intestinales, que solo cuestan medio euro por año y niño. Yo entiendo la Economía como una ciencia humana, rigurosa, humilde, generosa y comprometida.”
El J-PAL ha multiplicado su actividad en muy poco tiempo. Hoy cuenta con una red de investigadores locales implicados en setenta proyectos en veintidos países, que investigan desde cómo prolongar la educación en las jóvenes hasta la discriminación laboral en función de la etnia del aspirante en el mundo desarrollado.
Actualmente, el J-PAL está dirigido por Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Rachel Glennerster. Abhijit Banerjee (India, 1961) es profesor de Economía en el MIT y codirector del J-PAL. Junto a Esther Duflo, ha llevado a cabo evaluaciones aplicadas a la educación. También ha analizado las llamadas «escuelas informales» de las áreas tribales de la India, conjuntamente con ONG locales. Esther Duflo (Francia, 1972) es profesora de Economía en el MIT y codirectora del J-PAL. Ha evaluado políticas para promover la productividad agrícola en Kenia y la influencia de las mujeres y de los miembros de las castas inferiores en los consejos locales de la India.
Rachel Glennerster (Reino Unido, 1965) es directora ejecutiva del J-PAL. Actualmente investiga el desarrollo comunitario en Sierra Leona, las medidas para favorecer la autonomía de las mujeres adolescentes en Bangladesh y los programas de salud, educación y microfinanzas en la India.