Nicholas Stern (Hammersmith, Reino Unido; 1946) es actualmente catedrático I. G. Patel de Economía y Gobierno en la London School of Economics (Reino Unido). También es jefe del Observatorio de India del Centro de Investigación de Asia, y del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente. Nombrado caballero por sus “servicios a la economía”, ingresó en la Cámara de los Lores británica en 2007. En 2010, fue nombrado catedrático del Collège de France. Preside la British Academy desde 2013 y es miembro de la Royal Society desde 2014.
Ha trabajado en centros académicos de todo el mundo, entre ellos las universidades de Oxford y Warwick (Reino Unido), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos), la École Polytechnique (Francia), el Instituto Indio de Estadística (India) y la Universidad del Pueblo (China). Entre 2000 y 2003, Stern fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial. Después ejerció como alto cargo del departamento responsable de las políticas fiscal y económica del Gobierno británico, y como director de Política e Investigación para la Comisión de África. Desde este puesto llevó a cabo una revisión de la economía del cambio climático y del desarrollo, que dio lugar al conocido Informe Stern sobre la economía del cambio.
Autor de 21 libros, ha publicado 120 artículos científicos y capítulos de libros. Fue editor del ‘Journal of Public Economics’ entre 1981 y 1998, y ha ocupado cargos editoriales en otras seis revistas líderes sobre economía y desarrollo. También es o ha sido miembro de numerosos comités en organismos como OXFAM, la Royal Economic Society, el International Food Policy Research Institute, el Nelson Mandela Legacy Trust y la Comisión Europea.
Ha sido galardonado con los premios Blue Planet (2009), Leontief (2010) y Schumpeter (2015).
Discurso
Cambio Climático, III edición
“Si nuestro objetivo es vivir en un mundo sin pobreza, debemos actuar para que los pobres adquieran el poder de participar en ese crecimiento.”
“Si nuestro objetivo es vivir en un mundo sin pobreza, debemos actuar para que los pobres adquieran el poder de participar en ese crecimiento.”
TUITEAR
El autor de esta cita es experto en Economía del Desarrollo. Su investigación le ha llevado a vivir en una localidad de cien mil habitantes en el norte de la India, y también en África. Ha sido economista en jefe del Banco Mundial, director del Servicio Económico del Gobierno británico, y economista en jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, entre otros cargos. Pero su logro de mayor impacto deriva de su irrupción en un campo que era, hasta su llegada, terra incognita para la economía: el cambio climático.
Nicholas Stern, premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2010 en la categoría de Cambio Climático, ha trazado el primer puente sólido entre dos de los principales retos para la humanidad en el siglo xxi: el desarrollo global y la alteración del clima del planeta.
Nicholas Stern, IG Patel Professor of Economics and Government en la London School of Economics and Political Science (LSE), en Reino Unido, es el primer autor del Informe Stern sobre la Economía del Cambio Climático, que “estructuró el discurso económico del cambio climático” y “ha generado un cambio fundamental en el debate internacional” en esta área, afirma el acta del jurado. El “avanzado análisis económico” aplicado por Stern ha permitido “cuantificar los impactos y costes” derivados del cambio climático, y ha proporcionado herramientas “únicas y robustas para la toma de decisiones”.
El Informe Stern sobre la Economía del Cambio Climático, realizado por encargo del Gobierno británico y publicado en 2006, concluye que no combatir el cambio climático ocasionaría gastos muy superiores a los de reducir la emisión de gases de efecto invernadero. En concreto, el informe estima que el crecimiento económico mundial disminuirá entre un 5% y un 20% si se siguen emitiendo gases de efecto invernadero como hasta ahora, mientras que pasar a una economía de bajas emisiones puede costar un 1% del producto interior bruto mundial cada año. El mensaje es claro: “Actuando ahora evitamos daños mucho más graves después”, dice Stern.
El impacto mundial de este análisis ha eclipsado los logros anteriores de Nicholas Stern. Pero su informe no es una aportación aislada, sino el colofón de una extensa carrera dedicada a promover el desarrollo global.
El padre de Stern que era una judió alemán, había emigrado al Reino Unido tras la Noche de los Cristales Rotos en 1938. Stern creció en la localidad de Brentford, al oeste de Londres –de ahí su decisión de adoptar el título de barón Stern de Brentford cuando en 2007 fue nombrado lord–. Estudió Matemáticas en las universidades de Cambridge y Oxford simplemente “porque me gustaba”, dice. Pero no era un interés independiente de la economía: “Crecer en una familia dedicada a la política, y haber viajado a países muy pobres en mi adolescencia y en la veintena, hizo que cada vez me interesara más la política económica”.
Su carrera como profesor empezó en las universidades británicas de Oxford y Warwick. Inició por entonces uno de los proyectos de investigación que más han determinado su carrera, el estudio del desarrollo económico de la localidad de Palanpur, en el norte de la India. “Viví allí durante ocho meses en 1974 y 1975, y he seguido muy de cerca esta población desde entonces”, cuenta. “Ser testigo de los cambios en Palanpur a lo largo de casi cuarenta años ha supuesto una parte esencial de mi educación, y me ha dado perspectiva.”
La economía de Palanpur ya había sido objeto de estudio en la década de los cincuenta y sesenta. Stern y sus colegas llevaron a cabo un análisis detallado de las vidas de los granjeros, del sistema de producción y de consumo, de los mercados. El trabajo prosiguió con nuevas investigaciones de campo en los años ochenta y noventa, y dio lugar a varios libros hoy considerados modelo de la aplicación de la microestadística a la economía en el mundo en desarrollo. Stern aún sigue de cerca la evolución de la localidad, que visita a menudo. Si se le pregunta por qué escogió esta región del planeta, su respuesta es directa: “En la India y en África se dan las mayores concentraciones de pobreza del mundo. También son sociedades y culturas muy vibrantes, y emocionantes”.
En 1986 se convirtió en catedrático de la LSE. Su trayectoria como gestor empezó en 1994 como economista en jefe en el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, institución fundada para apoyar la creación del sector privado en los antiguos países comunistas de Europa y Asia. En 2000 Stern sucedió como economista en jefe del Banco Mundial al nobel de Economía Joseph Stiglitz, con quien había coincidido en Kenia cuando investigaba en plantaciones de té. Stiglitz comparte en la actualidad la posición de Stern en lo relativo al cambio climático.
En 2003 fue nombrado segundo secretario permanente del Tesoro de Su Majestad –el departamento a cargo de las políticas fiscal y económica del Gobierno británico– y director del Servicio Económico del Gobierno. También fue responsable de Política e Investigación para la Comisión de África, cargo que ostentaba cuando le fue encargado el trabajo que redundaría en el Informe Stern.
Tras la publicación del informe, su autor volvió a su cátedra en la LSE, su “alma intelectual”. Actualmente es presidente del Asia Research Centre, y del Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment. En 2004 fue investido caballero por sus “servicios a la economía”, y en 2007 fue nombrado miembro de la Casa de los Lores. Desde 2010 es catedrático del Collège de France.
Conocido por sus grandes habilidades diplomáticas, Stern es no obstante muy claro en su postura respecto al cambio climático. “Vivimos donde vivimos por el clima, por la situación de los ríos, de las costas. Si no actuamos, los lugares donde podemos vivir cambiarán. Corremos un grave riesgo de que haya un conflicto global en los próximos cien o ciento veinte años, porque habrá cientos de millones de desplazados, tal vez miles de millones”, ha dicho. “Nunca antes hemos visto desplazamientos de población de esta magnitud.”
Además, “las consecuencias del cambio climático están manifestándose más rápidamente” de lo estimado. ¿Es esto una derrota? En absoluto, responde Stern. Es un reto. “La lucha contra el cambio climático exige una inversión, pero ofrece una gran oportunidad económica. La economía del cambio climático es la revolución industrial del futuro. Es una auténtica oportunidad. Los países que se sumen pronto a este nuevo mercado en crecimiento sabrán aprovecharla; los que no, se quedarán atrás.”