Richard B. Alley (Ohio, Estados Unidos; 1957), se doctoró en Geología en la Universidad de Wisconsin-Madison en 1987. Desde entonces ha desarrollado su carrera académica e investigadora en la Universidad Estatal de Pensilvania, donde es catedrático desde 1994. Ha participado en numerosos comités nacionales e internacionales relacionados con el cambio climático. En particular, fue autor principal del capítulo sobre “Cambios en la nieve, el hielo y el terreno helado” del Cuarto Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), y autor colaborador en los informes Segundo y Tercero del IPCC.
En 2014 presidió el comité de investigación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, donde elaboró el informe ‘Abrupt Impacts of Climate Change. Anticipating Surprises’. Es autor de más de 240 publicaciones con más de 13.000 citas. Consultor habitual de gobiernos e instituciones, ha influido notablemente en la concienciación social y la divulgación de la ciencia sobre el cambio climático con obras como su libro ‘The TwoMile Time Machine: Ice Cores, Abrupt Climate Change, and Our Future’, o la serie de televisión ‘Earth: The Operators’ Manual’ (emitida por Public Broadcasting Service en 2012). Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la Academia Americana de Artes y Ciencias y desde 2014 ‘miembro extranjero’ de la Royal Society.
Discurso
Cambio Climático VII edición
«Soy geólogo. Mi investigación me ha llevado por todo el mundo, desde Groenlandia a la Antártida. Me fascina lo mucho que ha cambiado nuestro clima, de forma frecuente y drástica: de épocas en que el hielo lo cubría todo, hemos pasado a otras en que prácticamente no había hielo». Estas son las palabras con las que Richard Alley, catedrático de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos), inicia la serie de televisión ‘Earth: The operators’ manual’, que él mismo presenta en la cadena estadounidense PBS.
Su mensaje es claro: «Sé lo mucho que necesitamos la energía y también que nuestro uso de los combustibles fósiles nos está empujando hacia un tipo de clima nuevo en la civilización. Pero estoy convencido de que la ciencia nos ofrece soluciones».
Su mensaje es claro: «Sé lo mucho que necesitamos la energía y también que nuestro uso de los combustibles fósiles nos está empujando hacia un tipo de clima nuevo en la civilización. Pero estoy convencido de que la ciencia nos ofrece soluciones».
TUITEAR
Alley es el ganador de la séptima edición de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático. Uno de sus hallazgos, que él mismo se ha esforzado por explicar a la sociedad en documentales y libros de divulgación, es que el clima global puede cambiar muy bruscamente.
En 1993 descubrió que la última era glaciar, el periodo de enfriamiento conocido como ‘Younger Dryas’, entre 12.800 y 11.500 años atrás, acabó de forma abrupta en apenas tres años con una subida en las temperaturas de una decena de grados en el Atlántico Norte. No se sabía que las variaciones climáticas pudieran ser tan repentinas. Pero los datos eran incontestables, procedentes de uno de los más fiables archivos de la historia del clima: el hielo ártico.
Alley está considerado uno de los mejores intérpretes del hielo, una capacidad adquirida y cultivada en la decena de campañas de investigación llevadas a cabo en Groenlandia y la Antártida, y en glaciares en todo el mundo. El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento reconoce su «investigación pionera» sobre el «comportamiento del hielo y sus implicaciones en los cambios abruptos del clima», señala el acta del jurado.
La relación de Richard B. Alley con el hielo comenzó un verano. Tras su primer curso como estudiante de Geología en la Universidad Estatal de Ohio, Alley consiguió trabajo en sus vacaciones con un glaciólogo que investigaba los niveles de radiactividad que los ensayos de bombas atómicas habían dejado en los casquetes polares. Un año más tarde, en 1978, participaba en su primera campaña en la Antártida. «Desde entonces no he dejado de trabajar en el hielo», declara.
Ya su primer resultado de investigación, obtenido cuando era aún doctorando en la Universidad de Wisconsin-Madison, estableció un nuevo paradigma sobre cómo funcionan los glaciares. Alley lanzó en la revista ‘Nature’ en 1986 la hipótesis de que la estabilidad de la cubierta de hielo en la Antártida Occidental depende de la deformación de los sedimentos bajo el hielo. La confirmación de esta idea ha influido en las estimaciones posteriores del efecto del aumento de temperatura sobre los glaciares y sobre el nivel del mar.
Formado en ciencia de materiales además de como geólogo, la investigación de Alley incluía también el proceso de transformación de la nieve en hielo, su densidad, el tamaño de los granos y su movimiento, entre otras características. Este trabajo previo le pre-paró para identificar en las muestras de hielo patrones antes inadvertidos: «Desarrollé la capacidad de reconocer capas anuales en los testigos de hielo que estudiábamos. Cuando fuimos a Groenlandia a perforar el hielo, logré extraer de los testigos más información de la obtenida hasta entonces y elaboré una cronología más precisa de los cambios climáticos».
Los casquetes polares llevan acumulando nieve durante cientos de miles de años. En el hielo queda grabada la temperatura, las precipitaciones, la composición del polvo en la atmósfera y, por supuesto, gases como el metano y el dióxido de carbono que han quedado atrapados en burbujas de aire. Las perforaciones para sacar muestras de hielo —cilindros de unos 10 centímetros de grosor— comenzaron a mediados del siglo pasado, pero hubo que esperar a los años noventa para superar los tres kilómetros de profundidad y conseguir hielo de hace más de cien mil años. Alley participó durante cinco veranos, entre 1989 y 1993, en la perforación GISP2, que logró el récord de la época alcanzando los 3.053,44 metros.
En palabras del propio Alley: «Podemos realmente retroceder en la historia. Empezamos en el presente y empezamos a contar. Así, superamos los diez mil años sin observar excesivos cambios, no muy rápidos, y de repente tropezamos con algo así como un acantilado. En muy pocos años, diez o menos, vimos grandes cambios en todos los indicadores». Era el abrupto calentamiento del fin del ‘Younger Dryas’.
En su momento «nos sorprendió mucho la rapidez de los cambios», explica Alley en su obra de divulgación ‘The twomile time machine’ (título referido a la profundidad de la perforación en el hielo). «Creíamos que los cambios en el Sol, en la posición de los continentes o en la composición del aire provocaban cambios pequeños. Pero el hielo cuenta una historia distinta. A veces, un pequeño empujón ha hecho que la Tierra entre en un modo de funcionamiento distinto, cambiando el clima de regiones muy amplias en unos pocos años». «Esto encierra un mensaje para el público en general: cuando pensamos en el cambio climático normalmente pensamos que lo veremos venir y podremos prepararnos. Pero eso es ser muy optimistas».
Richard Alley ha tenido un papel principal en la preparación de varios de los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). En 2014 participó en el informe ‘Abrupt impacts of climate change’. En sus ratos libres cultiva su faceta de cantautor con fines educativos, que ha producido obras como su Rock de los silicatos.
Su principal mensaje a la sociedad podría resumirse en: «Estaríamos mucho mejor si planificáramos teniendo en cuenta el conocimiento científico del que disponemos sobre el cambio climático».