Robert B. Wilson (Geneva, Nebraska, Estados Unidos; 1937) se licenció en Matemáticas en la Universidad de Harvard y, a continuación, cursó el máster en la Harvard Business School (1961), donde también se doctoró (1963), con una tesis de investigación e operaciones sobre la programación cuadrática secuencial. En 1964 se había incorporado a la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford, donde ha desarrollado su carrera hasta hoy.
Wilson ha contribuido de forma decisiva a la investigación en el diseño de tarifas no lineales y es el autor del manual mundial de referencia en este tema, ‘Nonlinear pricing’ (editada por Oxford University Press, 1993) donde profundiza sobre los múltiples casos bajo los que las empresas pueden segmentar el mercado (discriminando precios) utilizando precios no lineales. Autor de más de un centenar de artículos en revistas internacionales, siempre ha combinado la construcción de un cuerpo teórico robusto con la búsqueda de soluciones prácticas.
Esta combinación es una constante en su trayectoria, donde la presidencia de la Econometric Society y su condición de editor asociado de revistas como Economic Theory va a caballo con el asesoramiento en Estados Unidos al Departamento de Interior, al Instituto de Investigación sobre Energía Eléctrica y a la Comisión Federal de Comunicaciones, así como a la Oficina de Competencia de Canadá y a diversos operadores privados.
Discurso
Economía, Finanzas y Gestión de Empresas VIII edición
De joven Robert Butler Wilson tenía una profunda inclinación por las ciencias básicas. Gracias a una beca consiguió su sueño de estudiar Matemáticas en la Universidad de Harvard, donde en 1959 se licenció. Sin embargo, una casual asistencia a un curso sobre teoría económica captó su interés por las ciencias sociales.
También por entonces su mentor y uno de los mayores teóricos en el arte de la negociación, Howard Raiffa, le introdujo en la teoría de la decisión, un área interdisciplinaria que estudia el comportamiento de aquellos que toman decisiones, así como las condiciones en las que deben tomarlas. Esto cambió definitivamente el curso de su carrera. “Descubrí que muchos de los temas de análisis económico podían resolverse mediante las técnicas de la teoría de la decisión multipersonal, incluida la teoría de juegos, explica Wilson en referencia al efecto que tuvieron estos temas.”
«Descubrí que muchos de los temas de análisis económico podían resolverse mediante las técnicas de la teoría de la decisión multipersonal, incluida la teoría de juegos, explica Wilson en referencia al efecto que tuvieron estos temas. »
TUITEAR
Con el tiempo se fue interesando también por problemas básicos de economía y, en concreto, por los relacionados con el comportamiento estratégico: “Quería contribuir a la teoría básica sobre cómo las personas racionales analizan los problemas de decisión complejos”, explica. Y así decidió completar su formación con un doctorado en Administración de Empresas (1963). Inició su carrera en la Universidad de California, pero al poco tiempo se incorporó a la Universidad de Stanford, donde desarrolló toda su labor investigadora y docente. Desde 2004 ejerce allí como titular emérito de la Cátedra Adams de Gestión. Era la década de los sesenta y la teoría de juegos estaba en pleno crecimiento después de que John Nash ampliara y mejorara los postulados de la teoría existente entonces.
Pero sin duda, para Wilson aún era una herramienta poco útil para el análisis económico: “La complejidad de los modelos hacía difícil su uso en estimaciones empíricas; se necesitaban mejores técnicas de modelado y análisis”, aclara. Con esa idea en mente, Wilson fue precisamente uno de los primeros en analizar situaciones de mercado aplicando la teoría de juegos no cooperativos, especialmente bajo circunstancias de información asimétrica. En 1982 desarrolló, junto con su colega David Kreps, el concepto de equilibro secuencial, cuyo objetivo es intentar determinar qué equilibrios de un juego con información asimétrica tienen o no sentido: “Hicimos que la teoría de juegos fuera un método más útil para analizar las interacciones económicas”, explica Wilson.
Tanto este concepto como sus variantes se aplican hoy en el análisis económico en multitud de áreas como la organización industrial, por ejemplo, para frenar las prácticas de precios predatorios (por debajo de coste); y también en temas específicos como las negociaciones laborales. Es por estas “innovadoras aportaciones al análisis de la interacción estratégica cuando los agentes económicos cuentan con información limitada y desigual acerca de su entorno” que el jurado le ha concedido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas.
En su trabajo siempre ha combinado la construcción de un cuerpo teórico robusto con la búsqueda de soluciones prácticas. Una dura labor, a veces en solitario pero en ocasiones también conjuntamente, complementada siempre con “una cuidadosa observación y una chispa de creatividad, necesarias para revelar el quid del problema”. De ese modo, su conocimiento lo ha trasladado también a otros campos como la economía industrial, donde igualmente ha hecho prominentes contribuciones, en concreto, en el diseño de tarifas y la discriminación de precios. ¿Qué tienen en común las tarifas eléctricas y las tarifas de las compañías aéreas? Todos son ejemplos de lo que se denomina precios no lineales, es decir, los precios ofertados al consumidor no son proporcionales a la cantidad comprada. Una práctica comercial habitual que en su momento mereció una atención especial a Wilson y que destaca también el jurado del premio. Su aportación teórica en esta área se recoge en la obra ‘Nonlinear pricing’, que publicó en 1993 y que se emplea como manual de referencia sobre el tema.