Steve Reich, nace el 3 de octubre de 1936 en Nueva York (Estados Unidos), y pasa su infancia entre esta ciudad y California. Estudia piano y más tarde percusión. Entra en la Universidad de Cornell en 1953, y en 1957 obtiene la licenciatura en Filosofía. Profundiza también sus conocimientos sobre la historia de la música, de Bach al siglo XX, trabajando como asistente de William Austin.
De vuelta en Nueva York, estudia composición con el jazzman Hall Overton, y después con William Bergsma y Vincent Persichetti en la Juilliard School (1958-1961), donde conoce a Philip Glass. Vuelve a California al Mills College donde estudia composición con Darius Milhaud y Luciano Berio.
En su etapa como alumno de Berio cuando Reich se desmarcó de la línea trazada desde Europa a partir de la Segunda Escuela de Viena y se sumó a la andadura propia de la música contemporánea americana. En 1963 obtiene un Master en Arte. En 1964, participa en el estreno de In C de Terry Riley, que le influye enormemente en su acercamiento a la música repetitiva.
Frecuenta el San Francisco Tape Music Center y compone sus primeras obras para cinta magnética, entre las que se encuentran ‘It’s Gonna Rain’ (1965). De vuelta en Nueva York, en 1966, funda su propio ensamble, el Steve Reich and Musicians, con el que logra éxito mundial. Descubre la música de Indonesia gracias a la lectura de Music in Bali de Colin McPhee. Reich frecuenta pintores de su generación como Sol LeWitt y Robert Smithson y toca en la Park Place Gallery entre 1966 y 1967. Encarna entonces el minimalismo, cuya obra emblemática es ‘Pendulum Music’, que se sitúa entre la escultura sonora y la performance, y que será estrenada en 1968 por él mismo y el pintor William Wylie.
En 1969, Steve Reich y Philip Glass trabajan algún tiempo con ‘Moondog’ y le proclaman padre y fundador del ‘minimalismo’. Durante el verano de 1970, Reich estudia percusiones africanas en el Instituto de Estudios Africanos de la Universidad de Ghana y tras la experiencia compone ‘Drumming’ (1971-1972) para voces y percusiones. Entre 1970 y 1973 colabora estrechamente con la bailarina y coreógrafa Laura Dean. En 1973 y 1974 estudia la técnica de los gamelánes balineses en Semar Pegulingan y Gambang en la American Society for Eastern Arts en Seattle y en Berkeley, California. De este periodo son ‘Six Pianos’ (1973) y ‘Music for Eighteen Musicians’ (1976).
En 1974 conoce a quien será su futura esposa Beryl Korot, que le permitirá redescubrir el judaísmo y aprender hebreo. De 1976 a 1977 estudia en Nueva York y en Jerusalén las formas tradicionales de declamación melódica o cantilación de los textos sagrados hebraicos, de los cuales resultará ‘Tehillim’ (1981), obra compuesta sobre los salmos bíblicos, como igualmente ‘Desert Music’ (1984) sobre textos de William Carlos Williams, obras que ponen en evidencia el deseo de Reich de trabajar con la palabra. A finales de los años 80, Reich emplea de nuevo cintas magnéticas, como en ‘Different Trains’ para cuarteto y cinta, que evoca las idas y venidas en tren de su infancia entre Nueva York y los Ángeles y de los trenes que circulaban en Europa hacia los campos de exterminio nazi. La nueva forma de componer consiste en utilizar las palabras de textos grabados para generar el material instrumental.
Su música se ha ido alejando progresivamente del minimalismo. ‘City Life’ (1995), para instrumentos y samplers, marca una evolución en la utilización de la tecnología: dos teclados tocan en directo fragmentos de palabras y ruidos urbanos muestreados. Su atracción por la música antigua (Perótin) le inspira ‘Proverb’ (1995). Con ‘The Cave’ (1989-1993) Reich se lanza a la creación multimedia. En 1994 es nombrado miembro de la American Academy of Arts. De 1998 a 2002 compone ‘Three Tales’, ópera video que trata el papel de la tecnología en el siglo XX. En 2006 recibe el premio Praemium Imperial en Japón, en 2007 el Polar Music Price en Suecia y en 2009 el Premio Pulitzer de la Música por su ‘Double Sextet’.
Desde ‘Three Tales’, Reich ha enfocado su trabajo creativo en la escritura de obras instrumentales -‘You Are’ (Variations, 2004), ‘Variations for Vibes’, ‘Piano and Strings’ (2005) y ‘Daniel Variations’ (2006)-. Además, para conmemorar los ataques terroristas del 11 de septiembre compuso ‘WTC 9/11’ para el String Quartet and Pre-Recorded Voices, incorporando las grabaciones del personal de emergencia y de los residentes de Nueva York el día de la tragedia. La obra fue estrenada en marzo de 2011 por el Kronos Quartet en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte.
En marzo de 2013, la London Sinfonietta, dirigida por Brad Lubman estrenó en el Royal Festival Hall de Londres su obra ‘Radio Rewrite’, inspirada en la música de Radiohead. En 2016 ha estrenado la obra ‘Runner’ que escribió para el Royal Ballet de Londres y ‘Pulse’, cuya premier fue en el Carnegie Hall de Nueva York.
Discurso
Música Contemporánea VI edición
Rueda de Prensa
“Pienso que los compositores clásicos americanos de hoy en día estamos más orientados hacia la armonía”, explica Reich
Steve Reich hace honor al nombre y al espíritu de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento. A lo largo de su trayectoria ha derribado fronteras temporales, geográficas y estilísticas para componer una obra con sello americano que, sin embargo, ha sido reconocida por su capacidad de aglutinar elementos de distintas culturas. El acta del jurado internacional que falló a favor del músico estadounidense subraya dos motivos principales que vienen a significar, en ambos casos, cómo las propuestas musicales de Steve Reich han disuelto los hábitos y convenciones que barreras entre la música popular y la música culta, entre las músicas de las viejas tradiciones africanas y orientales y la música de creación occidental.
Junto a esto, otros elementos no menos importantes cristalizan en la aportación de Reich y colaboran con fuerza a personalizarla: la utilización de objetos sonoros cotidianos y naturales; las referencias a las ciencias, a las religiones, a las artes plásticas y escénicas (teatro, danza), a las nuevas tecnologías y, en definitiva, al plural pensamiento humano; las referencias a hechos y noticias de su (nuestro) tiempo, con las que suele mostrarse como artista comprometido; el diálogo de su música con los más diversos folclores, con el jazz, con el rock, con el pop…, todo lo cual converge en que la figura de Steve Reich tenga carta de naturaleza en todo el mundo, tanto en las salas de concierto como en grandes espacios abiertos de afluencia masiva, en los medios de comunicación de cualquier orientación, en el entorno de internet… y haya sido protagonista tanto de conciertos de la Filarmónica de Nueva York con Zubin Mehta en el Carnegie Hall, como de videocreaciones de seguimiento masivo en YouTube, como es el caso de la titulada ‘Hello Steve Reich mix’, de James Murphy, que arranca con su fascinante ‘Clapping music’ para seguir con música de David Bowie.
Steve Reich estudió filosofía y se doctoró con un trabajo sobre Wittgenstein. En materia musical, se formó como pianista y, si se mostró interesado en el gran repertoriode la música europea compuesta a partir del siglo XVIII y hasta el 1900 —el que acaparaba los programas de conciertos sinfónicos, la ópera y la discografía—, su interés creció por este arte al conocer las músicas pretéritas y la contemporánea. Estudió jazz con Overton, composición con Bergsma y Persichetti, y asistió a cursos impartidos por Milhaud y Berio en los que, según confesión propia, aprendió, sobre todo, lo que no quería hacer. Estudió la música tradicional indonesia (el gamelán) en Seattle y en Berkeley, así como las percusiones africanas en la Universidad de Ghana.
Los patrones repetitivos que son elemento sustancial de ambas manifestaciones músico-populares, así como la riqueza y sutileza de sus ritmos, fueron descubrimientos fascinantes y fuente de enseñanza para Steve Reich, que vendrían a constituir la esencia de muchas obras suyas que han quedado como prototipos de música repetitiva, versión sonora del minimal art. Reich también estudió —en Estados Unidos y en Jerusalén— las formas tradicionales de declamación de los textos sagrados hebraicos, lo que fue básico para el desarrollo de las relaciones entre texto y música que pondría en juego en composiciones propias. En Estados Unidos participó activamente en las experiencias pioneras de la música electroacústica y en los conciertos que significaron los primeros pasos en el camino del minimalismo propuesto por La Monte Young y Terry Riley.
Igualmente tuvo relación con el influyente mundo sonoro y estético de John Cage, así como con Philip Glass, con quien compartió inquietudes musicales y alguna actividad en los inicios de sus respectivas carreras. Ha sido permanente y muy rica la relación de Steve Reich con el ámbito de la danza, traducida en trabajos conjuntos con coreógrafos como Laura Dean, Anne T. De Keersmaeker, Ji rí Kylián, Jerome Robbins, Alvin Ailey, Maurice Béjart… y ha colaborado también con creadores de las artes de la imagen.
Sin desligar teoría y práctica, composición e interpretación, Steve Reich, a solas o en conjuntos por él constituidos (Steve Reich and Musicians), ha intervenido profusamente en la difusión de su propia música por todo el mundo y ha contribuido a renovar en profundidad las formas del concierto, de la representación músico-teatral, de la performance… al proponer nuevas experiencias creativas que implican modos distintos de comunicación, exploran otros espacios y se abren a otros públicos.
Entre las experiencias compositivas pioneras de Steve Reich consta su trabajo sobre el phasing: procesos repetitivos, en fase o desfase, que pueden presentarse en soportes fijos —grabaciones cerradas— (‘It’s gonna rain’, para cinta), en realizaciones con intérpretes en vivo o bien en combinaciones de ambos tipos de fuente sonora (‘Piano phase’, ‘Violin phase’, ‘Phase patterns’ o ‘Dance patterns’). La retroalimentación de sonidos emitidos en vivo y recogidos por micros, así como la aumentación temporal de períodos musicales, han sido procedimientos cabalmente maneja-dos por Reich. Investigó luego en el ámbito de los ritmos y de las percusiones en obras que significaron hitos en su carrera y que han dejado huellas a seguir, como ‘Drumming’ (para percusiones) o ‘Clapping music’ (para músicos que dan palmas), piezas que participan también del concepto de phasing.
Una obra resumen de este rico período inicial es ‘Music for 18 musicians’, en la que las elaboraciones fásica y rítmica se enriquecen con conceptos contrapuntísticos y hallazgos armónicos y tímbricos. La fascinación sentida por el compositor neoyorkino hacia Pérotin, el maestro de la Escuela de Notre-Dame de París (siglos XII-XIII), se tradujo en composiciones como ‘New York counterpoint’ (para clarinete o saxofones, en versiones varias) o ‘Electric counterpoint’ (para guitarra eléctrica y cinta o conjuntos de guitarras), además de hacerse notar en tantas otras partituras de Steve Reich, como la recién citada ‘Music for 18 musicians’.
La relación que la música de Reich establece con la palabra se sustancia en piezas como ‘Tehillim’ (para voces y conjuntos, sobre salmos hebreos), ‘Daniel variations o Proverb’ (para voces y ensemble), así como en ‘The cave y Three tales’, obras que además ofrecen dimensión operística (teatral) y se apoyan en creaciones videográficas de Beryl Korot. Sus partituras, como ‘Different trains’ para cuarteto de cuerda y cinta y muchas otras a menudo escritas para ensembles atípicos, abarcan también a la orquesta en títulos como ‘Variations for winds’, ‘strings and keyboards’, ‘Three movements’, ‘The four sections’ o ‘The desert music’ en sus dos versiones: para coro amplificado y orquesta o para 10 cantantes y orquesta de cámara. Al momento de recibir el Premio Fronteras, Steve Reich trabajaba en una composición para el Royal Ballet de Londres y el Signal Ensemble Theatre de Chicago.