Timothy Bresnahan (Estados Unidos, 1953) se graduó en el Haverford College (Estados Unidos), y se doctoró en 1978 en la Universidad de Princeton.
Desde 1989 forma parte, y actualmente dirige el Center for Research in Employment and Economic Growth en el Instituto Stanford para la Investigación de la Política Económica. Anteriormente, entre el año 1999 y el 2000 fue Deputy Assistant Attorney General y economista jefe en la División Antitrust del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Actualmente, ostenta la Cátedra Landau en Tecnología y Economía de la Universidad de Stanford.
Es fellow de la Econometric Society y, desde 1990, miembro del Comité Director del Programa de Organización Industrial de la Oficina Nacional de Investigación.
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas ha sido concedido en su décima edición a Timothy Bresnahan, Ariel Pakes y Robert Porter por ser los pioneros de la nueva economía industrial empírica, un campo dentro de la organización industrial que ha creado técnicas fundamentales para tratar de medir el poder de mercado (entendido como la capacidad de un agente empresarial para modificar los precios en ese mercado). “Motivados por preguntas relevantes para las políticas públicas”, destaca el acta, “desarrollaron metodologías que han tenido un impacto significativo y duradero en el trabajo posterior en la organización industrial así como en otros campos aplicados”.
La primera gran aportación de los profesores Bresnahan, Pakes y Porter es la realización de estudios empíricos sobre el poder del mercado de las empresas en mercados actuales y el hecho de realizarlos de tal modo que sus hipótesis fueron comprobadas de manera muy rigurosa. “Específicamente, nos ha preocupado mucho”, ha explicado Bresnahan poco después de conocer la noticia del galardón, “que el declive en el grado de competencia en muchos mercados en los países ricos haya llevado a un incremento del poder del mercado”, lo que evidencia que “el progreso tecnológico no lleva necesariamente a precios más bajos y mejores productos para los consumidores, sino que ha sido capturado por los vendedores”.
El jurado resalta que los trabajos pioneros de Bresnahan sentaron las bases de la economía industrial empírica: “Hemos intentado aplicar las ideas, los principios y modelos de la teoría de juegos con modelos empíricos, que pueden estudiarse en mercados reales. Esto ha abierto un nuevo campo de gran éxito en la economía, con métodos sólidos y eficaces para estudiar la existencia, la importancia y los efectos reales del poder del mercado”, ha asegurado el catedrático de Stanford.
“Rob Porter y yo fuimos colegas de despacho durante nuestra etapa de post-grado, así que ambos trabajamos juntos en la fundación del campo, pero Rob trabajó con modelos de información imperfecta y yo con modelos de competencia imperfecta.”
El acta destaca que Robert Porter “ha hecho importantes contribuciones teóricas y empíricas al estudio de la colusión, especialmente en el contexto de las subastas”. Porter ha investigado en cómo detectar y evitar la colusión, es decir, el acuerdo entre partes para evitar la competencia, ya sea mediante actuaciones para incrementar los precios que cobran a los consumidores, para bajar los precios que pagan a sus proveedores, o para impedir la entrada en el mercado de nuevos competidores. Una investigación típica de Porter comienza adaptando la teoría económica al contexto institucional de una subasta concreta. A continuación, formula las predicciones empíricas de la teoría para los datos disponibles. Finalmente, diseña una estrategia econométrica a medida que sea apropiada para el contraste empírico de las predicciones. Todo hecho con una actitud forense y atención al detalle en todos los frentes.
Por su parte, Ariel Pakes recalca que la gran aportación de sus trabajos es que “la literatura anterior se basaba en ciertas presunciones y era difícil saber cuáles eran relevantes en cada caso. Lo que hicimos fue desarrollar las herramientas empíricas que permitían averiguar qué presunciones eran las adecuadas y, a continuación, realizar el análisis. Un ejemplo: ¿cuál sería el impacto de una fusión de compañías o de un cambio arancelario? Los modelos que desarrollamos nos permiten predecir los efectos de estos cambios”.
Pakes ha desarrollado modelos y métodos econométricos para el estudio de la demanda y la eficiencia productiva. Sus métodos para estimar la demanda y los patrones de sustitución en mercados con productos diferenciados han sido ampliamente adoptados tanto en la academia como en los análisis regulatorios y profesionales de la competencia. Asimismo, sus métodos para la estimación de la productividad se han convertido en la herramienta estándar en el estudio empírico de la producción de las empresas. Una parte significativa de su trabajo pone el foco sobre la dinámica: el proceso que lleva a los distintos agentes de una industria o mercado concreto desde el punto inicial -en el que se encuentran cómodos con sus estrategias- hasta el punto final, en el que, tras cambiar sustancialmente las características de ese mercado, vuelven a encontrarse cómodos con sus circunstancias. Según el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra José García-Montalvo, nominador de los tres galardonados, en el análisis de Pake “todo es endógeno, todo tiene relación con todo. Cuando una empresa lleva a cabo una acción –por ejemplo bajar los precios- las otras empresas, teniendo en cuenta factores como la demanda y los costes, reaccionan, lo que a su vez provoca que los competidores reaccionen y vuelvan a ajustarse. En una cadena de acciones y reacciones que hará que poco a poco se vuelva a lograr una situación de equilibrio”.
La complejidad y sofisticación del análisis de Pakes hacen necesaria la incorporación de modelos computacionales de gran capacidad para tener en cuenta todas las posibles reacciones de todos los competidores y todas las reacciones a sus reacciones.
Aplicaciones en muy diversos campos de la economía
El jurado destaca que los modelos desarrollados por Bresnahan, Pakes y Porter son utilizados por las autoridades de la competencia de una gran cantidad de países del mundo, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, ya que las herramientas que han diseñado permiten entender cómo funcionan los mercados y ver si las posibles operaciones entre agentes provocarán o no distorsiones en el mercado. “Creo que mi ejemplo favorito –explica Brenahan- es el de mis estudios empíricos de la industria de la cerveza. Jonathan Baker y yo escribimos sobre la industria cervecera hace mucho tiempo, y el trabajo ha llegado a ser la base, metodológicamente, de la mayoría de las revisiones sobre fusiones que hacen las agencias antimonopolio, porque descubrimos cómo pronosticar los efectos anticompetitivos de una fusión”. Tras estudiar la competencia durante muchos años en otra industria, la de Tecnologías de la Información y la Comunicación, Bresnahan comenzó a trabajar en el Departamento de Justicia del Gobierno de EEUU. “De hecho –relata- mis colegas y yo seguimos asesorando al Gobierno sobre este problema tan serio de cómo afrontar la enorme concentración de estas grandes y exitosas compañías de TIC”.
Los métodos de Bresnahan, Pakes y Porter, resalta el acta del jurado, “han tenido varias aplicaciones en otros campos de la economía, incluyendo la macroeconomía, el comercio internacional, la salud y el medio ambiente, donde una estimación creíble de la demanda, la productividad y el comportamiento empresarial son un requisito para las políticas basadas en evidencia sobre mercados y competencia, la regulación, el comercio y otras formas de liberalización económica”.
Así, en el campo sanitario Pakes destaca que “estudiamos los servicios de salud y la asignación de pacientes a hospitales. Hay dos maneras de llevar esto a cabo en EEUU: una es que el médico y el hospital reciban un pago por cada servicio realizado. La otra se llama capitación, y en este caso se le da una cantidad fija al grupo médico para cada paciente, y si no se gasta todo el dinero, puede quedarse con el remanente que sobra. La pregunta entonces era si médicos y hospitales sacrificarían la calidad del servicio para ganar más dinero. Y lo que descubrimos es que los médicos que reciben una cantidad fija sí mandan a los pacientes a hospitales más baratos, pero no sacrifican la calidad, sino que envían a los pacientes a hospitales menos convenientes, más lejos del lugar donde residen, pero con la misma calidad de servicio”.
Otra importante aplicación de su trabajo se centró en la liberalización del mercado de las telecomunicaciones estadounidense “en el re-análisis de la ruptura de la empresa telefónica americana AT&T, que era una compañía regulada y tenía el monopolio del sector -explica Ariel Pakes-, la pregunta era averiguar cuál había sido el impacto de la desregulación. Y logramos demostrar que el impacto de la regulación –la situación previa a la liberalización del sector– había sido una mala asignación del capital, es decir, el capital no se encontraba en los lugares más productivos. Cuando se llevó a cabo la desregulación, el capital se reasignó de manera mucho más eficaz y la productividad se optimizó. Este caso se convirtió en un paradigma para el análisis de otras industrias reguladas”.
Sus esfuerzos se centran ahora en trasladar sus modelos a los mercados actuales: “Es fundamental –asegura Timothy Bresnahan– que analicemos y comprendamos a fondo las nuevas industrias (las de finanzas y alta tecnología especialmente) para poder implementar políticas eficaces de competitividad. Es el mayor desafío del campo”. En la misma línea, Pakes destaca que “ahora mismo hay una nueva generación de investigadores jóvenes muy buenos trabajando en el campo, y además hay especialistas de otras áreas, como la salud, el medio ambiente y el desarrollo, que están empezando a aplicar los modelos y las herramientas de la organización industrial porque están resultando útiles en su trabajo”.