BIOGRAFÍA
Toshio Hosokawa (Hiroshima, Japón, 1955) es considerado como uno de los compositores japoneses contemporáneos de mayor proyección internacional en la actualidad.
Tras sus primeros estudios de piano y composición en Tokio, llegó a Alemania en 1976 para estudiar composición con el maestro surcoreano Isang Yun en la Universidad de las Artes de Berlín y continuó sus estudios con el compositor suizo Klaus Huber en la Escuela Superior de Música de Friburgo (Alemania) entre 1983 y 1986.
Su nombre empezó a adquirir relevancia internacional a principios de la década de 1990 con la serie de obras de cámara titulada Landscapes, pero fue el éxito alcanzado con su oratorio Voiceless Voice in Hiroshima y su obra orquestal Circulating Ocean, que la Filarmónica de Viena estrenó en el Festival de Salzburgo de 2005, lo que impulsó definitivamente su música hasta alcanzar los atriles de las orquestas y salas de conciertos más importantes del mundo.
Entre 1989 y 1998, Hosokawa fue director artístico y organizador del Seminario y Festival Internacional de Música Contemporánea de Akiyoshidai en Yamagushi (Japón), del que fue cofundador. Desde 2001, también es director artístico del Festival Internacional de Música de Takefu en Japón.
Hosokawa es un autor muy prolífico, con una producción que se acerca a las doscientas composiciones y que incluye conciertos para solista, música de cámara y música de cine, además de obras para instrumentos tradicionales japoneses y piezas orquestales como Meditation. To the Victims of Tsunami, escrita en homenaje a las víctimas del maremoto de Japón en 2011.
Hosokawa ha recibido numerosos reconocimientos: entre ellos, el primer premio en el concurso de composición del centenario de la Filarmónica de Berlín (1982), el Premio de Música Arion (1984) y el Premio de Música de Rheingau (1998). De 1998 a 2007 fue compositor residente de la Orquesta Sinfónica de Tokio y fue nombrado miembro de la Academia de las Artes de Berlín en 2001. Además, fue compositor residente en la Bienal de Venecia (1995, 2001), la Orquesta Sinfónica de Tokio (1998-2007) y el Festival Internacional de Música de Lucerna (2000), entre otros.
Actualmente es compositor residente de la Orquesta de València, una residencia que Hosokawa inició, en diciembre de 2024, con el estreno en España de su concierto para violín Genesis, una obra que tiene como solista a la brillante violinista alemana Veronika Eberle, para la que compuso la pieza.
Genesis es una obra que plasma musicalmente el recorrido vital de un ser humano, desde el periodo prenatal en el que las cuerdas evocan las ondulaciones del líquido amniótico, hasta el arpa que reproduce los latidos del corazón de la madre; unos latidos que se hacen extensivos al conjunto de la naturaleza –una segunda madre– tan importante y presente en todas las artes japonesas.
CONTRIBUCIÓN
A pesar de que su familia tenía una relación muy directa con la cultura tradicional japonesa, Hosokawa mostró poco interés por ella en su juventud y salió de su país en 1976 para formarse en Alemania. Entre sus influencias más tempranas se encuentran compositores europeos, entre los que destaca el húngaro György Ligeti, o el también galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento Helmut Lachenmann, con quien coincidió en Berlín como artista residente.
En Alemania, su mentor, el maestro surcoreano Isang Yun, le aconsejó que volviera a sus raíces para encontrar su propia voz musical, y regresó a Japón para conocer en detalle técnicas, tradiciones e instrumentos.
Hosokawa propone una dicotomía entre la concepción del tiempo musical occidental y oriental, entre lo que él ha llamado “tiempo horizontal y tiempo vertical”. En el caso de la música europea, el tiempo se construye de forma horizontal, de forma acumulativa. En cambio, en la tradición oriental zen, el tiempo sigue el patrón circular de la respiración.
El compositor observa el arte de la caligrafía tradicional japonesa para replicar sonido y silencio. Sus obras parecen escritas de un solo trazo, como las letras de la caligrafía. Están repletas de elementos que buscan una complejidad técnica pero, tanto para el espectador como para los demás músicos, aparecen como una sola pieza.
Su obra evidencia la dualidad entre civilización y naturaleza, y la sensibilidad del pueblo japonés hacia las catástrofes nucleares. En su oratorio Voiceless voice in Hiroshima explora el ataque de la bomba atómica, mientras que en su ópera Stilles Meer y en su obra para orquesta Meditation reflexiona sobre el impacto del accidente de Fukushima.