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Carver Mead: “Los investigadores que no tienen contacto con el mundo comercial se arriesgan a quedar obsoletos y a perder muchas oportunidades”

El ingeniero electrónico Carver Mead, Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), nunca ha percibido en su carrera “una frontera muy marcada entre la investigación básica y las aplicaciones”. Su propia investigación ha dado lugar a más de ochenta inventos patentados, y es fundador de una veintena de empresas.

20 junio, 2012

En la rueda de prensa previa a la ceremonia de entrega de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento. Mead ha defendido que la investigación básica es absolutamente esencial para el éxito económico pero ha recordado que es una relación que se puede estimular, pero no forzar. 

'La investigación básica es absolutamente esencial para el éxito económico'

La planificación es, de hecho, “una de las maneras más eficaces de desalentar la innovación. Muy pocas de las ideas innovadoras tienen éxito, pero si no se permite intentarlo, ninguna lo tendrá”, ha dicho Mead.

Mead ha sido clave en el desarrollo del famoso Silicon Valley, la cuna de la actual revolución digital. El premio se le concede por hacer posible “la construcción de los microchips con miles de millones de transistores que rigen el funcionamiento de los dispositivos electrónicos –ordenadores portátiles, tabletas, móviles, DVDs, automóviles híbridos- hoy omnipresentes en nuestra vida diaria”, señala el acta del jurado.

Entre sus logros está el haber calculado, en los años setenta, el límite físico de la miniaturización de los chips. Muy pocos creían por entonces que los circuitos integrados pudieran llegar a ser tan pequeños, pero Mead, lejos de hacer una estimación a la ligera, se basó en su propia investigación en la física de los semiconductores, de carácter fundamental. Su siguiente paso fue predecir que estos microprocesadores estarían compuestos por miles de millones de transistores, para después descubrir cómo integrar todos esos componentes en una placa de silicio minúscula. Mead se convirtió así en el creador de los hoy omnipresentes dispositivos VLSI (siglas en inglés de Sistemas Integrados a Muy Gran Escala).

La fórmula para convertir ciencia en desarrollo

¿Cuál es la fórmula para traducir los resultados científicos en desarrollo económico? “Cuando se gestiona bien por ambas partes [el ámbito académico y el empresarial] hay una potente relación simbiótica entre la investigación académica y los desarrollos tecnológicos comerciales”, dice Mead.

Para que eso ocurra, explica, deben darse las condiciones adecuadas. Una de ellas tiene que ver con la mentalidad en ambos mundos. “En Estados Unidos sufrimos hace tiempo la gran separación entre investigadores y empresarios. En el fondo estaba la vieja idea de que, en cierto modo, las empresas de nueva creación -las startup- no tienen que ver con la investigación pura porque, como su objetivo es ganar dinero, no merecen la dedicación de los auténticos investigadores. Pero para los académicos es mucho más peligroso no tener contacto alguno con el mundo comercial real, porque se arriesgan a quedar obsoletos y a perder las muchas oportunidades para hacer ciencia fundamental que se generan en el contexto de las tecnologías emergentes”.

Los empresarios, por su parte, deben tener claro que la inversión en ciencia es necesaria.

Sin predictores de éxito

No es un camino fácil, entre otras cosas porque, según Mead, no hay indicadores que aseguren que una nueva tecnología triunfará.

Él se basa en su propia experiencia para explicar -no sin ironía- cómo un investigador llega a empresario de éxito.

Por ello el riesgo es un ingrediente fundamental, principio que Mead transmite tanto a los innovadores – “Las start-up son 100% riesgo, está en su esencia”, dice- como a los responsables de la política de I+D: “La innovación, por su propia naturaleza, implica riesgo. Pero este riesgo palidece, comparado con el de no innovar”.

Consejos a los emprendedores

¿De cuál de las empresas que ha fundado se siente Mead más satisfecho? “De las que hacen una contribución tecnológica que funciona en el mundo real. Synaptics fue pionera en la creación de superficies táctiles que hoy forman parte de la vida de todos. Audience desarrolló chips para el procesado de voz que emulan algunas de las funciones del sistema auditivo humano; Foveon crea sensores que capturan las imágenes más exquisitas”

Sin embargo, reconoce que no siempre acertó a la hora de predecir el éxito de sus tecnologías. Algunas “han tardado más de 20 años en dar sus frutos”. Por eso aconseja a los innovadores-emprendedores: “Prepárate para las críticas. Aprende de tus errores y sigue adelante. Si fallas, habrá otra oportunidad de éxito. Y tras el triunfo, ayuda a los innovadores que vienen detrás”.