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El Teatro Real acoge el X Concierto extraordinario Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento

Este martes 12 de junio, a las 19.30 horas, se celebra en el Teatro Real el X Concierto extraordinario Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, que precede a la solemne ceremonia de entrega que tendrá lugar el miércoles 13, a las 19.00 horas, en el Palacio del Marqués de Salamanca, sede de la Fundación BBVA en Madrid.

12 junio, 2018

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Ceremonia de la X edición de los Premios Fronteras del Conocimiento

El concierto constituye un homenaje a los galardonados en esta X edición de los premios: Omar Yaghi, en Ciencias Básicas; Shafi Goldwasser, Silvio Micali, Ronald L. Rivest y Adi Shamir, en Tecnologías de la Información y la Comunicación; James P. Allison, en Biomedicina; William Nordhaus, en Cambio Climático; B. Rosemary Grant y Peter R. Grant, en Ecología y Biología de la Conservación; Tim Bresnahan, Ariel Pakes y Robert Porter, en Economía, Finanzas y Gestión de Empresas; Nubia Muñoz, en Cooperación al Desarrollo; y Kaija Saariaho, en Música Contemporánea. La velada correrá a cargo de la Orquesta Sinfónica de Madrid, con Pedro Halffter Caro al frente de la formación titular del Teatro Real.

El programa arrancará con la obertura de Fidelio, la única ópera que escribió Ludwig van Beethoven. A continuación, Laterna Magica, una composición de la galardonada en Música Contemporánea de esta edición, Kajia Saariaho, que remite a la autobiografía del mismo título de Ingmar Bergman y explora fenómenos que son comunes a la música y el cine. La segunda parte del concierto empezará con la Sinfonía n.1 en re mayor de Gustav Mahler, una obra que compendia como pocas la hondura y variedad del universo musical del compositor alemán. Y concluirá con Tiento del primer tono y batalla imperial, de Cristóbal Halffter, primer compositor en obtener el Premio Fronteras del Conocimiento.

Kaija Saariaho: abriendo caminos en la música electrónica y la ópera

“Amo la música desde siempre, desde que tengo memoria. Mi madre me contó que por las noches, cuando me acostaba, empezaba a imaginar que escuchaba música hasta el punto de que no me podía dormir, y por eso yo le pedía que ‘apagara la almohada’. La música siempre ha estado en mi mente y mi imaginación”, explica Kaija Saariaho, compositora nacida en Finlandia, un país cuyos paisajes han marcado su obra. “Mis orígenes me han hecho muy sensible a la naturaleza -explica- y esto tiene mucho que ver con la acústica: cuando vas a un bosque después de que llueva, la acústica es muy diferente porque las hojas están mojadas, y esto crea muchas reverberaciones, hasta el punto de que el bosque es como una iglesia. Lo mismo ocurre con la nieve, que crea un silencio muy particular. Todas estas experiencias de mi infancia sin duda han inspirado mi música”.

Tras formarse en la academia Sibelius, en Helsinki, y en Friburgo, su interés por ampliar las posibilidades sonoras de los instrumentos le llevó a los Cursos Internacionales de Verano de Música Contemporánea de la ciudad alemana de Darmstadt, donde escuchó por primera vez en directo la música espectral. El contacto con el espectralismo hizo que se decantara por continuar sus estudios en París, en el Instituto de Investigación y Coordinación Acústica y Músical (IRCAM). El espectralismo le dio la capacidad de deshacer el sonido en todas sus capas para poder desarrollar la escucha profunda, y la experimentación sonora le descubrió que la síntesis electrónica le permitía general sonidos que no estaban en la naturaleza, pero que conjugaban a la perfección con estos. Es lo que el jurado de los Premios Fronteras del Conocimiento sintetiza diciendo que “ha logrado un entrelazado perfecto entre los mundos de la música acústica y la tecnología”. Pero siempre como un medio, no como un fin, explica la propia Saariaho: “Mi objetivo -declara- es que el componente electrónico en mi música sencillamente forme parte de la orquestación y se integre en ella. Cuando hay un sonido que no puedo lograr con los instrumentos naturales, entonces recurro al ordenador para completar mi idea musical con tecnología”.

Saariaho se formó como intérprete y llegó a dominar varios instrumentos, entre ellos el órgano. Componer no formaba parte de sus planes, al menos inicialmente, pero enseguida surgió la tensión interior que le llevó a escribir. “Siempre estaba imaginando música, pero sentía que no tenía el talento necesario; amaba la música, pero no estaba segura de que la mía fuera suficientemente buena. Hasta que llegó un momento en que tuve la sensación de que mi vida no tendría sentido si no hacía lo que realmente me gustaba y eso me llevó a ser compositora”.

Algo parecido le ocurrió con la ópera. La primera de ellas requirió un proceso de ocho años, entre otras razones, porque “no sabía inicialmente quién podría estar interesado en mi ópera ni si podría realizarse. Pero, como en todo lo que hago, sentía claramente esa necesidad: quería escribir mi propia ópera y poco a poco fueron llegando los medios para hacerla posible”. De este género le cautivó “cómo nos vemos reflejados en los personajes” y la posibilidad de “abordar los grandes temas que nos afectan a todos”. Por eso se estrenó, en 2000, con L’amour de loin (El amor de lejos) que trata del amor y de la muerte a través de la historia de Jaufré Rudel, un trovador del siglo XII.

El éxito de público que generó su alianza con el escritor Amin Maalouf (para el libreto) y el escenógrafo Peter Sellars se repetiría más tarde con Adriana Mater (2006) y Émilie (2010). La colaboración con Sellars continúa en Only the Sound Remains (2015), basada en dos obras de teatro japonés nôh traducidas por Ezra Pound y Ernest Fenollosa. El Teatro Real de Madrid llevará a cabo, el próximo octubre, el estreno en España de esta última obra.