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James Allison y Nubia Muñoz defienden la importancia de combinar prevención y nuevas terapias en la lucha contra el cáncer

El inmunólogo James Allison y la epidemióloga Nubia Muñoz, galardonados con los Premios Fronteras del Conocimiento en su décima edición en las categorías de Biomedicina y Cooperación al Desarrollo, respectivamente, han insistido esta mañana en rueda de prensa en la importancia de combinar los avances en el tratamiento con los programas de prevención, a la hora de combatir el cáncer. “Ahora conocemos la causa de muchos cánceres”, recordó Muñoz, “pero no debemos olvidar que sabemos ya que el tabaco causa el 30% de los cánceres en todo el mundo, y son cánceres que podemos evitar. Tenemos que usar las dos armas: la prevención y el tratamiento”.

11 junio, 2018

Perfil

James Allison

Perfil

Nubia Muñoz

Rueda de prensa

James Allison y Nubia Muñoz

Allison coincidió plenamente, al tiempo que se mostró optimista sobre los buenos resultados que se están obteniendo combinando nuevas estrategias terapéuticas, como la inmunoterapia  –área en la que es pionero–, con la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia: “Queda mucho camino, y no creo que veamos un mundo completamente libre de cáncer, pero en algunos cánceres se está avanzando mucho”, dijo.

Allison defiende incluso que se hable de “curación” en los casos de pacientes que no han vuelto a recaer al cabo de 10 años de ser tratados una única vez contra algunos tumores muy agresivos. Es lo que logran los fármacos inmunoterápicos contra el melanoma metastásico desarrollados gracias a su investigación, aunque por ahora solo en alrededor del 20% de pacientes.

James Allison (Texas, Estados Unidos, 1948) fue el primero en demostrar que la inmunoterapia contras el cáncer puede ser efectiva, y por eso recibe el Premio Fronteras. Su hallazgo se produjo en los años noventa, en un momento en que, tras años de estudios fallidos, pocos investigadores apostaban ya por la inmunoterapia. El primer fármaco oncológico basado en la inmunoterapia se aprobó en 2011, indicado contra el melanoma metastásico. Ahora ya hay tratamientos inmunoterapéuticos contra cáncer de pulmón, riñón, vejiga y tumores de cabeza y cuello.

Para Allison, “el reto es ahora entender por qué no funciona en todos los pacientes” y ampliar los buenos resultados a más cánceres. Allison aborda la cuestión con investigación básica y también mediante el proyecto ‘Plataforma de Inmunoterapia’ en colaboración con su colega y esposa Padmanee Sharma, en el que se llevan a cabo un centenar de ensayos clínicos con tejidos de pacientes y se analiza a escala molecular el efecto de la inmunoterapia.

El efecto nocivo de los movimientos antivacunas

Nubia Muñoz (Cali, Colombia, 1940), epidemióloga, ha sido premiada porque sus estudios con miles de mujeres en 40 países de todo el mundo demostraron que el virus del papiloma humano (VPH) es la “causa principal y necesaria” –en palabras de Muñoz– del cáncer del cáncer de cuello de útero, uno de los cánceres más letales en mujeres en el mundo en desarrollo. El trabajo epidemiológico de Muñoz permitió identificar las siete variantes del VPH que producen cáncer, lo que ha hecho posible el desarrollo de vacunas muy eficaces con las que se puede aspirar  incluso a “erradicar” esta enfermedad, asegura Nubia Muñoz.

“El gran drama es que las vacunas no están llegando a las mujeres que más lo necesitan”, dijo Muñoz.  Mientras la incidencia del cáncer de cuello de útero en países desarrollados es relativamente baja gracias a programas de prevención, en el mundo en desarrollo, donde no existen estos programas, la situación es otra. A escala global, el 86% de casos de cáncer de cuello de útero se dan en países en desarrollo.

Pero la razón de que las vacunas no lleguen al mundo en desarrollo no es solo su alto precio, sino “los rumores y la mala información” acerca de sus efectos secundarios” que se difunde de manera errónea y dañina por las redes sociales, advirtió Muñoz. La epidemióloga pidió a los grupos antivacunas “que se vuelvan sensatos”, y a los científicos, mayor implicación en la difusión de “buena información sobre de los beneficios y la seguridad de la vacuna” entre la población y entre los médicos. Lamentó que en su propio país, Colombia, se ha interrumpido un programa de vacunación que estaba funcionando muy bien.

Allison intervino en este punto para respaldar a su colega, resaltando la paradoja de que “en Estados Unidos la oposición a las vacunas se da en una parte de la población con alta formación: están dejando de vacunar a sus niños y están volviendo enfermedades peligrosas, es una locura”, dijo. Recordó que ya se ha demostrado, una y otra vez, que no existe relación entra las vacunas y el autismo.

La primera vacuna contra el VPH estuvo disponible en 2006. Hoy hay versiones que previenen hasta el 90% de los cánceres de cuello de útero, además de una parte importante de otros cánceres causados por el VPH, como los de ano, vagina o algunos de boca y garganta. Un reciente estudio Cochrane (mayo de 2018) confirma la efectividad de la vacuna y no encuentra un mayor riesgo de efectos adversos graves de la vacuna respecto al placebo.

El uso de esta vacuna es ya habitual en el mundo desarrollado; extenderlo a países en desarrollo exige reducir su precio y mejorar la información a los médicos y la población. Muñoz trabaja para lograr ambos objetivos. Además, muchos especialistas, incluyendo a la propia científica premiada, defienden su incorporación al calendario vacunal de los hombres, ya que el VPH también puede provocar cánceres que afectan al sexo masculino, como el de pene.