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La Fundación BBVA premia al economista Daron Acemoglu por establecer el efecto causal de las instituciones sobre el desarrollo económico
Frente a la hipótesis del determinismo geográfico, analizó la evolución de antiguas colonias y llegó a la evidencia empírica de que las instituciones son un factor decisivo en el desarrollo económico. Acemoglu ha desarrollado el concepto de instituciones inclusivas, que generan prosperidad, y extractivas, perjudiciales para el desarrollo y para la mayoría de la sociedad. También ha investigado las diferencias en el mercado laboral y ha explicado la paradoja de que la mayor oferta de trabajadores cualificados no haya supuesto que bajaran sus sueldo.
21 febrero, 2017
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas ha sido concedido en su novena edición a Daron Acemoglu, catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), por lograr establecer el efecto causal de las instituciones sobre el desarrollo económico, con una innovadora combinación de análisis teórico y empírico “que ha influido no sólo en el campo de la economía, sino también en la ciencia política, la historia y de manera general en todas las ciencias sociales”.
El jurado ha destacado su contribución “por ayudar a comprender los determinantes del desarrollo económico a largo plazo, con especial énfasis en la importancia que tienen sobre éste las instituciones y la organización de la sociedad. Lo novedoso de la aportación de Acemoglu fue desarrollar una estrategia para encontrar evidencia empírica, lo que le permitió establecer el efecto causal de las instituciones sobre el desarrollo”. Su investigación ha abierto todo un campo en el que los investigadores pueden medir y cuantificar el efecto del modelo institucional en el desarrollo de una sociedad a distintas escalas.
La economía del crecimiento explora por qué unos países son más ricos que otros y es un campo de investigación que se desarrolló sobre todo a partir de los años 50 del pasado siglo gracias al trabajo de Robert Solow, ganador del Premio Nobel en 1987 y uno de los nominadores de Acemoglu, pero no había consenso sobre los factores que determinaban el crecimiento ni una evidencia empírica al respecto.
El propio Solow, en su nominación, cita La introducción a la economía del crecimiento (2009) de Acemoglu como la obra clave que ha ofrecido herramientas, modelos y conocimiento para los investigadores que quieran profundizar en este campo.
El concepto de institución utilizado por Acemoglu es amplio y comprende el conjunto de “reglas formales e informales que rigen las interacciones humanas”; desde el derecho laboral a la protección de la propiedad y los contratos (seguridad jurídica), pasando por los costes de transacción, los derechos de propiedad, las infraestructuras o el sistema educativo como medio de ampliar las posibilidades de las personas.
En 2012 Acemoglu publicó ¿Por qué fracasan las naciones? Orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza junto a James Robinson, en el que desarrollan el concepto de instituciones inclusivas y extractivas. Como él mismo las define, “las inclusivas incentivan la inversión y la innovación y proporcionan igualdad de condiciones, de manera que la mayoría de la sociedad puede desplegar su talento. Estas condiciones generan prosperidad. Sin embargo, algunas sociedades se rigen por instituciones extractivas: crean derechos de propiedad volátiles, dificultan los contratos, desaniman la innovación y la incorporación de tecnología y, lo que es más importante, generan normas que benefician a un pequeño segmento de la sociedad, llegando incluso a trabajar por sueldos muy bajos o a impedir el acceso a determinadas ocupaciones”.
Acerca de cómo conseguir que una sociedad pueda pasar de un conjunto extractivo de instituciones a un sistema inclusivo, Acemoglu concluye que “no hay una manera fácil, pero resumiendo brevemente nuestra investigación, tampoco hemos encontrado otro modo de asegurar la prosperidad a largo plazo.
Otra de las líneas de investigación de Acemoglu destacada por el jurado es el análisis en las diferencias dentro del mercado laboral. Según el jurado, “demostró cómo un cambio tecnológico dirigido es capaz de explicar una serie de observaciones aparentemente contradictorias, como el aumento simultáneo del salario de trabajadores cualificados y de su oferta”. En principio parecía una paradoja que habiendo cada vez más oferta de trabajadores cualificados, su salario no solo no disminuyera sino que aumentara, pero Acemoglu demostró que se debía a que, al sumar a esa cualificación el factor tecnológico, la productividad de esos trabajadores aumentaba y eso hacía que su sueldo también subiera.
Sus enfoques más recientes le han llevado a analizar la vinculación entre las nuevas tecnologías y la economía, con especial foco en las interacciones que se generan en las redes.