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La Fundación BBVA premia a Ivan Sutherland por revolucionar la interacción humano-máquina a través de los gráficos por ordenador y de la realidad virtual

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación ha sido concedido en su undécima edición al ingeniero informático Ivan Sutherland, por “liderar de forma pionera la transición de una interacción con los ordenadores basada en texto, a otra gráfica”, según afirma el acta del jurado. Hace casi seis décadas, cuando los computadores ocupaban habitaciones enteras, Sutherland no solo creó el primer sistema capaz de interactuar mediante gráficos con estas máquinas (conocido hoy como Interfaz Persona Ordenador, IPO), sino que desarrolló el primer casco de realidad virtual, al que bautizó La Espada de Damocles.

19 febrero, 2019

Perfil

Ivan Sutherland

A lo largo de sus más de sesenta años de carrera, Sutherland “ha aunado su profundo conocimiento de la tecnología con la comprensión del comportamiento humano, para lograr transformar la interacción de las personas con los ordenadores”, prosigue el acta. “Hoy en día, cualquier usuario de un ordenador o de un smartphone se beneficia de su visión y de sus contribuciones”.

Ya su tesis doctoral, presentada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 1963 y supervisada por el padre de la teoría de la información Claude Shannon, supuso un hito: el programa Sketchpad, que demostró que la computación gráfica permite interactuar de forma intuitiva con los ordenadores, y que en general se considera precursor de las actuales interfaces gráficas, desde el sistema de ventanas iniciado por Apple hasta los iconos de las apps. Por todo ello, el jurado lo califica como “el padre de los gráficos por ordenador”.

En una época en que aún se empleaban tarjetas perforadas, con Sketchpad se materializaban “unas ideas revolucionarias”, señala el acta del jurado. El programa “sentó las bases de una potente e intuitiva interacción humano-máquina a través de dibujos y manipulando iconos y formas, en vez de introduciendo comandos con un teclado. Sketchpad empleaba un lápiz óptico para dibujar directamente sobre una pantalla, y permitía ampliar o reducir la imagen y transformar objetos”.

Contactado ayer tras el fallo, Sutherland agradeció a Wesley Clark, creador del “mayor ordenador del mundo entonces, el TX-2”, que le permitiera usarlo “durante horas y horas” para desarrollar Sketchpad. “Poder dibujar en una pantalla de ordenador fue algo totalmente insólito e inesperado; abrió los ojos a mucha gente sobre la posibilidad de utilizar gráficos por ordenador”, comentó el galardonado.

Sobre si previó las aplicaciones inspiradas en su trabajo Sutherland reconoció que “no tenía ni idea de a qué nos llevaría. Lo hice porque para mí era interesante. Se me dio acceso a un ordenador, quería dibujar con él y lo hice, porque me gusta dibujar limpiamente y el ordenador me lo permitía. Hice lo que hice porque cada paso era interesante y técnicamente posible, y claramente nos daba acceso a la información de una forma nueva, que obviamente era útil. Lo que no estaba claro es exactamente cómo iba a ser útil”.

Primer casco de realidad virtual

Además, siendo profesor de la Universidad de Harvard, Sutherland construyó el primer casco de realidad virtual “para describir el potencial de dispositivos que seguían la mirada de su usuario”, explica el acta. El aparato, creado junto con sus estudiantes en 1968, fue llamado La Espada de Damocles por su gran peso, y según el acta es el antecesor de “los sistemas actuales de realidad virtual, como HoloLens, Rift y Vive”.

En la publicación original en que describe el dispositivo, Sutherland explica que su objetivo era “rodear al usuario con información tridimensional”, una imagen que “debe cambiar exactamente de la misma manera en que lo haría un objeto real” cuando la persona mueve la cabeza. El objeto mostrado “parece estar suspendido en el espacio alrededor del usuario”, señala Sutherland, que también reconoce que “la mayor sorpresa” fue la buena acogida de los usuarios y el “gran realismo” de las imágenes. Concluye la publicación admitiendo que al inicio del proyecto “no tenía idea del trabajo que llevaría”.

Como con Sketchpad, Sutherland no imaginaba entonces el nuevo mundo que se abriría con la realidad virtual. Tampoco ahora se atreve a hace predicción alguna sobre aplicaciones: “Si quieres conocer el futuro tienes que preguntar a las personas que lo hacen y no a quienes lo iniciaron. No tengo ni idea por dónde va el futuro”.

Más de 60 patentes

Sutherland ha tenido un profundo impacto tanto en el ámbito académico como en la industria. Tiene más de 60 patentes, y algunos de sus discípulos son emprendedores que han iniciado algunas de las compañías más prósperas del sector.

En 1968 se trasladó a la Universidad de Utah, donde fundó Evans & Sutherland,  una compañía pionera en el desarrollo de programas gráficos para 3D,  y tuvo “estudiantes muy brillantes”, dijo ayer el ingeniero galardonado. “Su excelencia les permitió fundar compañías emprendedoras que hicieron cosas maravillosas. Por ejemplo, Edwin Catmull lanzó Pixar, que produce películas muy entretenidas. Y John Warnock fue uno de los fundadores de Adobe. Estoy encantado de haberles conocido y haber realizado una pequeña contribución a su educación”.

En los años setenta se trasladó a Instituto Tecnológico de California, donde colaboró estrechamente con Carver Mead, ganador del Premio Fronteras del Conocimiento en su cuarta edición. Sutherland ha sido nominado al premio por Leonard Kleinrock, a su vez galardonado en la séptima edición del premio.

El premiado se permite solo una certeza sobre el futuro, y es que depende enteramente de la curiosidad de los jóvenes: “Las personas jóvenes son maravillosas; no saben lo que no se puede hacer, así que van y lo hacen”.