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Pierre Boulez protagoniza un encuentro informativo con motivo del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Música Contemporánea
Pierre Boulez, recogerá mañana el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Música Contemporánea por “ser no solo un compositor de primer nivel que mira con determinación hacia el futuro, sino también una personalidad comprometida en todos los aspectos de la reflexión y la transmisión de la música”, según el acta del jurado, que añadió que “el conjunto de sus actividades revela su agudo sentido de la responsabilidad intelectual y social como artista en la época moderna”.
19 junio, 2013
Pierre Boulez (Montbrison,1925) fue una de las figuras centrales de la llamada Vanguardia Histórica surgida en los años 50 en Darmstadt (Alemania), y constituida, junto con él, por compositores de la talla de Stockhausen, Berio, Ligeti y Nono. A Boulez se le considera el nexo entre sus maestros, su generación y los compositores actuales.
Su figura es historia viva de la cultura y el pensamiento por su infatigable búsqueda de esos puntos sutiles y frágiles en los que lo simple se encuentra con lo complejo. Y esta idea le une con la pasión que siente por la ciencia:la música y la ciencia son, al fin y al cabo, dos formas de pensamiento y siempre he estado a favor de su unión“
afirma el maestro francés. Boulez reivindica el mundo de la intuición, la imaginación y la poesía.“La música y la ciencia son, al fin y al cabo, dos formas de pensamiento y siempre he estado a favor de su unión”
El premiado matiza las diferencias entre la creatividad científica y la artística: “En la ciencia existe el progreso. Lo que los científicos hacen ahora es más concreto que lo que hacían en el siglo XVI, pero no porque sean más inteligentes, sino porque han nacido cuando la ciencia está más avanzada. En la música no hay progreso, hay cambio. Wagner no es un progreso respecto a Mozart, están en el mismo nivel de excelencia”.
La trayectoria de Pierre Boulez se define en favor de una causa: la creación musical del tiempo en que vive. Y esa determinación le ha llevado a desarrollar una labor magistral en tres ámbitos de actividad relacionados entre sí, aunque no al mismo tiempo: la composición, la dirección orquestal y la creación y gestión de instituciones de vanguardia. Sin embargo, Bulez se define como compositor “en primer lugar, y ante todo… Mis otras facetas –como intérprete y gestor– surgieron de forma orgánica, pero improvisada”.
El músico total
Su labor principal como compositor, pensador y pedagogo queda reflejada en obras y escritos que supusieron un cambio radical en la forma de entender la música y que forman parte del repertorio contemporáneo: ‘Penser la Musique aujourd’hu’i (1964), ‘Relevés d’apprenti’ (1966),’ Par volonté et par hasard’ (1975), ‘Répons’ (1980-1984), ‘Notations’ (1984 y 1999) y ‘Points de repère’ (1985) son algunos ejemplos de su legado en esta faceta.
Boulez siempre ha creído que, en la música contemporánea, hay que ampliar el repertorio. “Si al público le das una obra que es provocativa y está bien escrita, no hay que temer a su reacción. Todo lo contrario. El público quizá piense que lo que ha escuchado le ha sorprendido, aunque sin entenderlo. Y puede que si escucha por segunda vez la obra, tal vez la entienda. El oyente comienza a dudar y creo que es interesante generar la duda para que se inserte en la programación. Y eso es una cosa muy importante para el futuro”.
Su segunda faceta es la dirección de orquestas, que ha llevado a Boulez a los festivales de Bayreuth (1966 y 1976), Donaueschingen, Salzburgo, Berlín o Edimburgo, y a dirigir como titular de grandes orquestas: Cleveland (1967), la BBC de Londres (1971-1975), la Filarmónica de Nueva York (1971-1978) y la de Chicago (1995), de la que es principal director invitado, entre otras. Esta tarea le ha permitido proponer al público una nueva manera de comprender la música.
“La dificultad de mi vida es que en realidad vivo dos vidas. Tengo la vida de un compositor, que es creatividad pura, y tengo la vida de un intérprete que consiste en reproducir algo ya creado anteriormente (…). Lo más complicado de mi vida es encontrar tiempo para las dos cosas. Si me dijesen que no voy a dirigir más… no me importaría tanto. En cambio, si me dijesen que ya no voy a componer más, que sólo voy a dirigir, entonces me harían muy infeliz porque matarían una parte de mi creatividad”, explica Boulez.
Por último, está su trabajo como gestor institucional, generador de proyectos de investigación y desarrollo musical de nuestro tiempo, como el Institut de Recherche et de Coordination Acoustique/Musique (Ircam), el Ensemble Intercontemporain, la Cité de la Musique, o la Ópera Bastilla.
Toda la enorme figura de Boulez en estos tres ámbitos –composición, dirección y gestión– ha estado al servicio de la necesidad de abrir nuevas posibilidades sonoras en una vida plena de creatividad, dejando a los oyentes una música fascinante y un infinito mapa de posibilidades que describen, en nueva medida, el retrato sonoro de nuestro tiempo.