En la categoría de Música y Ópera
Premio Fronteras del Conocimiento a Péter Eötvös “por ser una de las voces musicales más importantes de nuestro tiempo”
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera ha sido concedido en su decimotercera edición al compositor y director húngaro Peter Eötvös, por ser “sin lugar a dudas, una de las voces musicales más importantes de nuestro tiempo”, destaca el acta del jurado. “Su importancia artística, originalidad y contribución al avance de la música desde la segunda mitad del siglo XX se aprecia con claridad en sus partituras para voz, solista y orquesta; y en óperas como ‘Three sisters’, ‘Love and Other Demons’ y ‘Senza Sangue’. Sus composiciones instrumentales han sido interpretadas por los ensembles y orquestas más importantes del mundo”. En el vídeo que encabeza esta noticia, la presidenta del jurado, Joana Carneiro, Directora Principal, Orquesta Sinfónica Portuguesa y el Teatro São Carlos, anuncia el fallo.
23 abril, 2021
Una de las características que definen al maestro Eötvös, tal y como enfatiza el jurado, es que “sobresale” en las tres facetas de la música que ha abordado: compositor, director y pedagogo. “Tiene una calidad excelente en todas ellas, y una cualidad que destaca enormemente en él es su generosidad: como compositor, como músico y como director, deposita una gran confianza en sus músicos y en su público”, subraya Joana Carneiro, presidenta del jurado y directora principal de la Orquesta Sinfónica Portuguesa y el Teatro São Carlos. “Como todos los grandes compositores –continúa Carneiro– ha sido capaz de hacer una evolución desde los autores que son referencia para él y hacia la siguiente generación: ha experimentado con la música acústica, con la tecnología, con los espacios y con los músicos, con un lenguaje muy afectivo, pero a la vez nuevo, con mucha creatividad y originalidad”.
Sobre ese lenguaje, el maestro húngaro ha asegurado en diversas ocasiones que “la composición es encantar al público a través del sonido, transformar lo increíble en sonidos”. En conversación por videoconferencia pocos minutos después de conocer la concesión del premio, ha declarado que “como directores de orquestas, solemos decir que el público no solo está detrás de nosotros, sino que lo sentimos sobre nuestra espalda. Y cuando surgen estos momentos de una atención llena de encanto, el director lo percibe como una mágica unidad. Cuando esta sensación se produce en el momento adecuado, el público se convierte en una sola persona que escucha y mira, y como compositor, sé que estos momentos mágicos son los que tengo que producir”. En esa faceta de director, Eötvös llegó a conducir la batuta del Ensemble InterContemporain, una institución de referencia en la música contemporánea creada por Pierre Boulez, durante trece años.
“El premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento de Música y Ópera goza de gran prestigio –destaca–. Para mí es muy importante haber sido galardonado no solo como compositor de ópera sino también como pedagogo y director de orquesta. Para mi estas tres profesiones forman una unidad. Lo que logro en una de ellas, me sirve en las otras dos. Lo que compongo lo puedo dirigir, lo que aprendo al dirigir lo puedo utilizar en mis composiciones, y la experiencia obtenida en estas dos profesiones la puedo transmitir en mi faceta de pedagogo. Este deseo de compartir todos mis conocimientos con los jóvenes se remonta a mi juventud y a la gran gratitud que siento hacia aquellos profesores que me ayudaron a conocerlo todo, a entenderlo y a poder representarlo”.
El jurado ha destacado que una de las cualidades de Peter Eötvös ha sido la de incorporar esa dimensión emocional a una tradición innovadora que, sin embargo, se había alejado del público. Así lo asegura Víctor García de Gomar, secretario del jurado y director artístico del Gran Teatro del Liceu: “La manera en que él entiende la música se plasma en la intensidad de la comunicación entre un compositor, a través de un intérprete, para llegar a un público. Ese punto, en la codificación de la música del siglo XX, se había roto. Con Eötvös ya no es solo un ejercicio mental o intelectual, sino que busca llegar al público; algo importantísimo porque, sin abandonar un lenguaje innovador y rupturista, incorpora la dimensión emocional”.
Y es ésta una característica que el propio maestro húngaro destaca: “Esta actitud emocional posiblemente se remonte a mis largos años de experiencia en el teatro y en la ópera. No se puede escribir ópera sin emoción, es un imposible, así que después de una decena de óperas, me he dado cuenta de que el público conecta con lo que ocurre en el escenario a través de la música, y este hallazgo lo trasladé después a mi música sinfónica”.
Los grandes temas contemporáneos
Los temas de sus óperas reflejan, a menudo, el mundo actual, y, para ello, utiliza como fuentes textos de escritores coetáneos, como Tony Kushner, Alessandro Baricco o Gabriel García Márquez. Al respecto, asegura que “no quisiera destacar a ninguno, todos son importantes, a mí lo que me interesa es colaborar con autores vivos porque esto me da la oportunidad única de escribir una ópera para el futuro. Tengo la esperanza de que si escribo una ópera de buena calidad se va a representar en 100 años, y para lograr esto necesito colaborar con un autor de mi tiempo”.
En su primera gran ópera –en términos de impacto en crítica y público-–, Tri sestry (1998), adapta la conocida obra de teatro de Anton Chejov Tres hermanas para construir una narración sostenida en secuencias, cada una dedicada a uno de los protagonistas de la pieza teatral. Es un ejemplo de su capacidad para sintetizar la tradición europea musical más vanguardista conectando con un público amplio: su estreno en la Ópera Nacional de Lyon fue un éxito y después se ha representado más de 150 veces y es programada regularmente por los principales teatros de ópera.
Esa sensibilidad para con los problemas de su tiempo le llevó, en el año 2016 y ante el encargo de cuatro orquestas italianas (La Scala, Santa Cecilia, Florencia y Turín) para componer una pieza orquestal, a escribir Alle vittime senza nome, en memoria de los refugiados africanos que perdían la vida en su intento por cruzar el mar Mediterráneo. Así lo explica el maestro: “Esto es algo con lo que me comprometí por ser consciente de los tiempos en los que vivimos, fue un encargo maravilloso en un año en el que drama de los refugiados estaba especialmente vivo (y desgraciadamente lo sigue estando) y yo quise escribir un recuerdo musical para los que no lo habían logrado, los que habían tenido la esperanza. Y la esperanza es lo que yo quise destacar, la búsqueda de un mundo mejor que se vio frustrada para estas personas que perdieron su vida”.
Y también le hizo abordar en algunas de sus óperas temas como la difícil vida de un inmigrante tratando de ganarse la vida en un país al que llega sin permiso de trabajo (Der goldene Drache, 2014) o los problemas de dos parejas que conviven con el sida (Angels in America, 2002-2004). En Oratorium balbulum (2015) aborda los ataques terroristas del 11-S y los conflictos derivados de la delimitación artificial de las fronteras.
Que Eötvös es un músico de alcance universal lo corroboran varios hechos. Uno de ellos es que “está permanentemente siendo interpretado en los principales teatros de ópera y por las principales orquestas de todo el mundo”, según destaca García de Gomar. Otro es que ha compuesto óperas para libretos en alemán, japonés, ruso, inglés, italiano, francés y en húngaro. “Cada idioma –destaca el maestro Eötvös– nos lleva a su propia cultura, a una cultura distinta, y tiene su propio temperamento. Y lo que a mí me gusta llamar un mundo sonoro propio que es muy importante para la música. Este aspecto de la sonoridad del idioma es muy importante en el teatro y en la ópera, porque los idiomas sin consonantes duras se entienden peor. Las lenguas suaves son muy bellas y la música es muy bella, pero se deja de entender el texto”.
Esa síntesis de diferentes acervos culturales es también otro rasgo diferencial en la obra de Peter Eötvös, “Cuando de joven me trasladé de Budapest a Colonia, en Alemania, viví durante dos años en una residencia de estudiantes, donde en cada habitación vivía un idioma distinto por así decirlo (compañeros españoles, japoneses…) Fue entonces cuando me di cuenta de que una lengua te abría la puerta a una cultura diferente”.
Su candidatura a los Premios Fronteras del Conocimiento fue presentada, en cinco nominaciones distintas e independientes, por: György Kurtág, compositor y Premio Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera en su VII Edición; László Góz, director y fundador del Budapest Music Center; Lydia Connolly, directora del área de Gestión Artística en la agencia de representación internacional Harrison Parrott; Paloma O’Shea, presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía; y Fabián Panisello, director de Plural Ensemble.
Panisello destaca de la faceta de dirección musical del galardonado que: “es impactante en su manera de trabajar la calma y convicción que transmite, a la vez que una exigencia máxima, ejercida con naturalidad y serenidad extremas. El gesto de dirección de Eötvös renuncia a cualquier excentricidad y se concentra en lo esencial y en un contacto con el músico, al que le vuelve fácil de entender y realizar lo complejo de las partituras con máxima claridad”.
“Como profesor –continúa el maestro Panisello– es a la vez afectuoso y severo, siempre explicando a la nueva generación con gran paciencia la forma idónea de aproximarse a una obra y el modo gestual más económico para comunicarla a los músicos. Es un director que tiene a los músicos muy en cuenta y que sabe hacerlos partícipes de los proyectos que dirige, cosa que transmite a sus discípulos, enseñándoles la importancia de establecer una relación sólida con los intérpretes, que son quienes generan el sonido”.
“Dejar una huella en los jóvenes”
El galardonado explica que su dedicación a la enseñanza es algo que tiene muy arraigado: “Hay dos razones para ello. Tanto mi madre como mi abuelo fueron pedagogos, es decir, la pedagogía la llevo en la sangre. Y la otra razón es el gran agradecimiento que siento por aquellos que me ayudaron de joven, tanto en la Academia de Budapest como en el Conservatorio de Colonia. Todo lo que se aprende de joven tiene una enorme importancia para la carrera que uno desarrolla y ahora me siento en la obligación de trasladar a los jóvenes todo lo que esto me ha permitido aprender”.
Y esa “obligación” la ha cultivado con intensidad: en 1991 funda el Instituto Internacional Eötvös, dedicado al trabajo con jóvenes directores, en 1992 se incorpora como catedrático en la Universidad de Karlsruhe, primero, y en la de Colonia, después, donde imparte Música contemporánea y de Cámara y, posteriormente, funda la Peter Eötvös Contemporary Music Foundation, dedicada a la “nueva música”, no solo para directores, sino también para compositores, musicólogos y libretistas. “Para mí –asegura– la nueva música es quizás lo que más me ha importado, todo lo que he experimentado en torno a la nueva música tenía un carácter excepcional, y me gustaría trasladar esa experiencia a los jóvenes, para que nuestra generación de músicos deje una huella en estos jóvenes. Este es el objetivo de mi Fundación para la Música Contemporánea”.
Los maestros –profesores– son, por tanto, una figura fundamental en la obra de Peter Eötvos y él reconoce como tales a dos enormes figuras: “Tuve dos mentores cuando era joven, y después con ambos mantuve el contacto a lo largo de toda su vida. El primero fue Karlheinz Stockhausen, a quien conocí nada más trasladarme a Alemania en 1966, y el otro fue Pierre Boulez, quien me invitó a París a finales de los años 70”. El maestro francés (Premio Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera en la V edición de los galardones) designó a Eötvös director del concierto inaugural del IRCAM en París en 1978 y, un año después, director principal del Ensemble InterContemporain, puesto que desempeñó durante 13 años. “De Boulez tengo que decir que ha aportado una enorme energía a mi vida, en la época en la que más contacto tuvimos”.
El jurado también ha reconocido en Peter Eötvös su cualidad humana, su cercanía con sus colaboradores, alumnos y también con los músicos. “A mí –asegura– no me basta con elegir un instrumento y componer una música adecuada para este instrumento, sino que necesito saber quién va a tocar esta pieza por primera vez. De esta forma veo y oigo al mismo tiempo la música y a la persona que la toca. Y así, junto a la influencia de las características del instrumento recibo también las influencias de la persona y puedo trasladar ambas impresiones a mi música. De esta forma el concierto que compongo no solo es específico para el instrumento sino también para la persona que lo va a tocar. Hasta podría decir que mis conciertos sinfónicos son retratos”.
Así lo define Joana Carneiro: “Cualquier persona que escucha su música, cómo pinta las palabras, percibe que es extraordinario. Y su forma de dirigir una orquesta, de estar en un palco, es igual, busca la transmisión del sentimiento humano, de la experiencia humana, y lo hace de una forma afectuosa, de una manera original, nueva. Su afecto se nota al escuchar una ópera, al dirigir una orquesta o al hablar con los músicos y su público”.
Jurado y Comité Técnico de Música y Ópera
El jurado ha estado presidido por Joana Carneiro, directora principal de la Orquesta Sinfónica Portuguesa y el Teatro São Carlos (Portugal); y ha contado como secretario con Víctor García de Gomar, director artístico del Gran Teatro del Liceu (España), actuando como vocales Mauro Bucarelli, administrador artístico de la Academia Nacional de Santa Cecilia (Italia); Raquel García-Tomás, compositora (España); Pedro Halffter Caro, director de orquesta y compositor (España); Kathryn McDowell, directora general de la Orquesta Sinfónica de Londres (Reino Unido); y Annilese Miskimmon, directora artística de la Ópera Nacional Inglesa y el London Coliseum (Reino Unido).
El Comité Técnico de Apoyo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha estado coordinado por M.ª Victoria Moreno, vicepresidenta adjunta de Áreas Científico-Técnicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), e integrado por Luis Antonio González Marín, científico titular en la Institució Milá i Fontanals (IMF); Ignacio Montero Ruiz, coordinador adjunto del Área Global Sociedad e investigador científico en el Instituto de Historia (IH); Emilio Ros Fábregas, investigador científico en la Institució Milá i Fontanals (IMF); y Juan Manuel Vicent García, investigador científico en el Instituto de Historia (IH).
Sobre los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento
La Fundación BBVA tiene como foco de su actividad el fomento de la investigación científica y la creación cultural de excelencia, así como el reconocimiento del talento.
Los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento reconocen e incentivan, desde su creación en 2008, contribuciones de singular impacto en la ciencia, el arte y las humanidades, en especial aquellas que amplían significativamente el ámbito de lo conocido, hacen emerger nuevos campos o son fruto de la interacción entre diversas áreas disciplinares. El objetivo de los galardones es celebrar y promover el valor del conocimiento como un bien público sin fronteras y la mejor herramienta para afrontar los grandes desafíos y oportunidades de nuestro tiempo. Sus ocho categorías son reflejo del mapa del conocimiento en la segunda mitad del siglo XX y en la actualidad, atribuyendo un peso diferencial a áreas de especial desarrollo y significado en las últimas décadas como son las del medio ambiente, las tecnologías de la información y la comunicación y la biomedicina, junto a áreas como las ciencias básicas, la economía, las ciencias sociales, las humanidades y, en el ámbito de la creación artística, la música y la ópera contemporánea.
En la evaluación de las nominaciones a los Premio Fronteras del Conocimiento en sus ocho categorías, la Fundación BBVA ha contado con la colaboración de la principal organización pública española de investigación, el CSIC. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas designa Comités Técnicos de Apoyo, integrados por destacados especialistas del correspondiente ámbito disciplinar, que llevan a cabo la primera valoración de las candidaturas, elevando al jurado una propuesta razonada de finalistas. El CSIC designa, además, la presidencia de cada uno de los jurados y colabora con la Fundación BBVA en la designación de los demás integrantes de los mismos, contribuyendo a garantizar la objetividad y el mérito.