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Ramanathan y Ravallion: los instrumentos para paliar cambio climático y pobreza existen, pero se requieren otras políticas y que se diseñen a escala global

Cambio climático y pobreza son retos globales cada vez más interrelacionados, han dicho esta mañana en rueda de prensa el climatólogo Veerabhadran Ramanathan y el economista Martin Ravallion, ganadores de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en las categorías de Cambio Climático y Cooperación al Desarrollo, respectivamente. “Hace tres décadas, cuando empecé a investigar la pobreza, no hubiera considerado prioritarios los factores ambientales; ahora sí son una prioridad, y eso es alarmante”, dijo Ravallion, galardonado por determinar un umbral internacional para medir la pobreza extrema.

22 junio, 2016

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Veerabhadran Ramanathan: Descubre otros gases y contaminantes, además del CO2.

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Martin Ravallion

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Martin Ravallion: “Si buscamos un estándar global debemos concentrarnos en el mínimo de los países más pobres”

Ambos expertos han enfatizado la necesidad de poner en marcha políticas a escala global que tengan en cuenta esta interrelación, sobre todo impulsando un cambio tecnológico. Ramanathan destacó la necesidad de reforzar las energías limpias; Ravallion explicó que solo con políticas adecuadas se pueden paliar tanto el cambio climático como la pobreza.

Ramanathan se mostró contundente:“Veo el problema del cambio climático en términos muy simples: los combustibles fósiles se han convertido en una tecnología del todo obsoleta, que debemos dejar atrás”

“Veo el problema del cambio climático en términos muy simples: los combustibles fósiles se han convertido en una tecnología del todo obsoleta, que debemos dejar atrás”

Un cambio tecnológico urgente que debe producirse –en su opinión- no solo en los países desarrollados, sino en las regiones que albergan a los 3.000 millones de personas con menos recursos y que son quienes sin duda alguna más sufrirán los efectos de un clima alterado: “El reto es proporcionar acceso a energías limpias a los más pobres”.

Ravallion reconoció que el problema no es simple en absoluto, y que se debe asumir que por lo general un mayor desarrollo implica el aumento de las emisiones de CO2 a corto plazo. Pero “esto no es inamovible”, ha señalado. “Es muy importante resaltar que con las políticas correctas, y con la tecnología correcta, esta relación se puede cambiar”, ha insistido, para lograr que el desarrollo económico no se traduzca en más emisiones.

Ambos expertos han destacado también el incremento de refugiados climáticos –consecuencia de las fuertes sequías y de la fusión de los glaciares –“que ya no se recuperarán”, ha dicho Ramanathan-. “Estamos viendo el problema que supone la llegada a Europa de un millón de refugiados. ¿Qué haremos cuando sean muchos más?”, se ha preguntado el climatólogo, que ha reclamado la necesidad de una estrategia  global que incluya la creación de instituciones y el trabajo conjunto de diversas disciplinas científicas.

El economista Martín Ravallion ha destacado que “los refugiados climáticos constituyen un problema mundial, y es necesaria una acción colectiva”, pero es complicado que suceda porque “no tenemos un gobierno colectivo”.

Atajar las consecuencias derivadas de los refugiados climáticos “requiere la cooperación internacional, pero faltan las instituciones”, ha afirmado Ravallion. Existen organizaciones internacionales como Naciones Unidas y el Banco Mundial que, teóricamente, deberían afrontar esta cuestión, pero “los gobiernos locales no han dado voz a estas instituciones. Por tanto, es primordial fortalecer las instituciones mundiales y concederles el papel que merecen”, ha subrayado.

La energía fotovoltaica, la eólica o eléctrica (también para el transporte); utilizar como combustibles el hidrógeno y los biocombustibles obtenidos de desperdicios de alimentos; el tratamiento de las aguas residuales; la reforestación y evitar el derroche energético mediante la construcción de edificios más eficientes son las otras propuestas que Ramanathan considera más prometedoras para atajar el cambio climático. “Con el sol que tiene España podría convertirse en una potencia energética mundial, lo mismo que otros países lo son ahora con el petróleo”. Ha admitido que existen aún desafíos tecnológicos para aprovechar al máximo las energías renovables, pero son en su opinión solventables con el impulso adecuado.

Ramanathan también ha resaltado la importancia de “reducir las emisiones de contaminantes de corta duración, como las procedentes del carbón negro (hollín), el metano, los compuestos HFCs, el ozono troposférico generado y los óxidos de nitrógeno (NOx)”.

Precisamente fue este científico quien descubrió que estos contaminantes de corta duración (permanecen mucho menos tiempo en la atmósfera que el CO2, pero son entre 25 y 4.000 veces más potentes en el efecto invernadero) son responsables del 45% del calentamiento atribuible a la acción del hombre. Se trata de un dato fundamental para “cuantificar las estrategias que se propongan para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París con el fin de limitar el calentamiento global provocado por las actividades humanas”, señala el acta del jurado del Premio. Estados Unidos y China han dado un paso importante en esta dirección con el acuerdo firmado este mismo mes (7-6-2016) para reducir las emisiones de HFCs.

Ramanathan: ciencia y espiritualidad se unen para sensibilizar

El climatólogo  es una de las voces internacionales más reconocidas no sólo por sus investigaciones, también por sus iniciativas para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las aldeas, como es el Proyecto Surya (en el que participan sus hijas) que tiene como primera iniciativa sustituir las cocinas de combustibles ineficientes (heces de ganado) de los núcleos rurales de la India por energías limpias, con lo que además de frenar las emisiones de gases contaminantes mejora la salud de las personas.

Ramanathan es miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias y sus conclusiones están recogidas en la encíclica sobre el deterioro ambiental global, que el Papa Francisco dirigió el verano pasado a los 1.200 millones de católicos.  Además, el climatólogo se ha reunido con el Dalai Lama y otros líderes espirituales para hablar de la cuestión. “Ellos pueden jugar un papel transformador en la sensibilización de la sociedad, e informar a la gente de su responsabilidad en proteger la naturaleza”, afirma.

En esa tarea todas las voces son bien recibidas, por lo que Veerabhadran Ramanathan considera muy positivo el activismo de personajes públicos, como el actor Leonardo di Caprio que intervino en la ONU en la ceremonia de la Firma del Acuerdo de París el pasado abril.

Ravallion: La crisis de refugiados lastrará la lucha contra la pobreza

El impacto del deterioro del clima es especialmente importante en las personas pobres, que sufren las consecuencias sobre su salud y condiciones de vida. Por ello, “los objetivos de emisión de gases de efecto invernadero establecidos en el Acuerdo de París son importantes”, admite Martin Ravallion, aunque “el reto principal es la búsqueda de políticas que alcancen los objetivos pero sin coste para el avance contra la pobreza”, añade “Pero, incluso si se logra alcanzar el objetivo de emisiones, es casi seguro que serán necesarios esfuerzos para ayudar a muchas personas del mundo en desarrollo que se verán afectados negativamente por el cambio climático”, insiste Ravallion, que piensa que la financiación para resolver este problema, “sigue siendo poco clara”.

Otro asunto sobre el que alerta Ravallion es el de los refugiados. “Los flujos de refugiados actuales son preocupantes desde muchas perspectivas. Reflejan, en parte, la pobreza y la vulnerabilidad creada por los conflictos en Siria e Irak”, indica. “Algunos países ricos están ayudando a absorber a los refugiados, pero la mayor parte de la carga recae sobre los estados vecinos, que tienen ingresos medios. Por ello, es probable, que en los próximos años se produzca un descenso de la reducción de la pobreza”.

Martin Ravallion fue pionero en la medición de la pobreza con indicadores aplicables internacionalmente. En 1991 fue el primer firmante de un artículo que fijó en un dólar diario el umbral de la pobreza extrema por debajo del cual no se puede vivir, y que ha sido actualizado a 1,9 dólares. Sus investigaciones “han permitido definir y calcular con precisión líneas de pobreza comparables en distintos países y han influido sobre las estrategias de numerosas organizaciones y agencias para el desarrollo, incluyendo los Objetivos de Desarrollo del Milenio”, destaca el jurado del premio.

Ravallion es optimista sobre la evolución de la reducción de la pobreza. Un informe de 2008, cuando estaba él al frente del Grupo de Investigación del Desarrollo del Banco Mundial, estimaba que la pobreza extrema había caído de 1.900 millones de personas en 1981 a 1.400 en 2005, y en 2015 es de 836 millones, según las cifras de la ONU. En ese marcado descenso ha influido extraordinariamente la mejora del sector agrícola en China e India.

El actual estancamiento de la economía en China puede hacer temer un efecto negativo sobre la pobreza, una hipótesis que descarta Ravallion con el argumento de que “incluso aunque se den las tasas de crecimiento más bajas que prevén los analistas (5-6% al año), son altas para la mayoría del resto de los países”.

Sin embargo, sí que admite la posibilidad de que “las menores tasas de crecimiento en China se contagien a otros países, en particular en África, donde varios países exportan materias primas a China”. Ni aún en este escenario, el economista galardonado es pesimista con la evolución de la reducción de la pobreza: “Con las políticas correctas, el progreso contra la pobreza se puede mantener”, afirma.

Biografías:

Veerabhadran Ramanathan (Madrás, India, 1944) es catedrático de la Scripps Institution of Oceanography (Universidad de California en San Diego) desde 1990. Se incorporó a la Universidad de Nueva York a principios de los años 70, y posteriormente hizo una investigación postdoctoral en la NASA. En 1975 descubrió que los CFCs tenían un potente efecto invernadero, y entre 1986 y 1990 trabaja en la Universidad de Chicago, donde predice que el calentamiento global tendrá probablemente efectos catastróficos. En 1999 publica su artículo sobre el papel de las nubes marrones atmosféricas (columnas de contaminación sobre grandes áreas de Asia). En 2004, el Papa Juan Pablo II le llama para que se una a la Academia Pontificia de las Ciencias. Miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (2007).

Martin Ravallion (1952, Australia) es doctor en Economía por la London School  of Economics. Fue investigador en la Universidad de Oxford. En 1988 comienza a trabajar en el Banco Mundial, donde es director del Grupo de Investigación del Desarrollo. Desde 2013 dirige la Cátedra de Economía D. Villani  en la Universidad de Georgetown (Washigton, EE.UU.). Desde hace 30 años sus trabajos están centrados en la pobreza y en las políticas para luchar contra ella, y ha asesorado a numerosos gobiernos y organismos internacionales. Es presidente de la Sociedad para el Estudio de la Desigualdad económica e investigador asociado de la Oficina Nacional de Investigación Económica. En enero de 2016 ha publicado la obra La economía de la pobreza: Historia, Medición y Política.